Hay ocasiones en las que adentrarse en el trabajo musical de un artista es similar a convenir un acuerdo bilateral, en donde una parte se compromete a dar de sí, de su esencia como artista y como individuo, mientras que la otra accede a lidiar conjuntamente con sus demonios, confrontándolos o prestándoles atención. Una experiencia de este tipo se da cuando el músico en cuestión ha pasado por episodios que lo han colocado al borde de atentar contra su integridad a consecuencia del consumo de sustancias y esto finalmente se ve reflejado en su obra de manera intrínseca.
Así es el historial de John Frusciante, famoso por ser el ingenioso e inspirado guitarrista de los Red Hot Chili Peppers y al cual incluso fans de la banda han pasado por alto en su faceta como solista.
Poco después de haber grabado el exitoso Blood Sugar Sex and Magic, John se separa de la banda y se aísla básicamente para alejarse de la fama y acercarse a las drogas. Durante este periodo de cinco años fue que editó sus dos primeros trabajos en solitario que consistían en piezas folk o psicodélicas de letras vagas y toda clase de experimentos vocales, dejando muy poco espacio para algo que nos recordara de dónde había salido.
Una vez que se ocupó de sí mismo y habiendo cambiado de hábitos, John fue invitado nuevamente a unirse a los Red Hot, dando paso al arquetípico Californication. Este periodo fue tan prolífico para Frusciante que editó su tercer LP en solitario To Record Only Water for Ten Days donde se da su primer acercamiento a la música electrónica. De ahí siguió Shadows Collide with People (2004), su álbum mejor producido hasta el momento, con temas bien estructurados y un remarcable trabajo en las guitarras. Finalmente editó The Empyrean (2009) dotado de una atmósfera introspectiva y experimental, además de contar con la participación de invitados de la talla de Johnny Marr, siendo éste su último disco solista apegado al rock.
A partir de aquí y después de hacer oficial su salida definitiva de RHCP, Frusciante se embarcó en una búsqueda por lo experimental y cambió casi por completo las guitarras por sintetizadores con el único fin aparente de reinventarse.
Producto de esas sesiones nos presenta Enclosure (2014), un álbum en el cual predomina el uso (o abuso) de breakbeats, que van del drum ‘n bass al trip hop sin ningún reparo, mientras que los sintetizadores plantean la parte melódica sobre bases polirrítmicas y solos de guitarra que se hacen presentes en ejercicios de improvisación pura, que por momentos se perciben algo random.
Sin embargo, no todo es caos en el microcosmos de Frusciante y cuando la mesura toma las riendas sobresalen temas como «Fanfare» o la instrumental «Cinch», todo un viaje para los que gustan del trip hop psicodélico.
Ni hablar, la nueva dirección musical de John tomó a todos por sorpresa y ha generado críticas divididas, sin embargo seria prematuro juzgar lo genuino de su intención artística al tratar, conscientemente, de alejarse de los cánones de la industria musical sin importarle las consecuencias. Habría que preguntarse qué sería de la música si no hubiera quienes se tracen la meta de cumplir con esta tarea de exploración continua, aun a costa de perderse en un camino muchas veces sin retorno, en cuyo caso lo mejor será agradecer la osadía de genios musicales incomprendidos como Syd Barret, Brian Wilson, Antonio Vega, y por qué no, también John Frusciante.
Tracklist
- Shining Desert
- Sleep
- Run
- Stage
- Fanfare
- Cinch
- Zone
- Crowded
- Excuses
.
Me suena a: Aphex Twin, Crystal Method, Portishead
CATEGORÍAS