Arts & Crafts, 2014


Después de que Maya Postepstki se alejara de Trust tras el lanzamiento de su disco debut TRST (2012), Robert Alfons se quedó solo frente a sus vívidas cajas de sonido y su tajante sintetizador para tomar el absoluto control sobre ellos y así contextualizar las románticas y surrealistas historias que se generan dentro de sus lóbregos pensamientos. De esta forma, y tras un considerable periodo de composición, hace unos días llegó Joyland a adueñarse de las almas danzantes de aquellos y aquellas capaces de encender sus luces internas con cualquier beat, así como de encoger los hombros y bajar la mirada con la primera nota grave de desolación.

Dice él que este trabajo es «menos oscuro» que su antecesor y quizás tenga razón tomando en cuenta que, en comparación, aquí se estampa una mayor gama de colores sónicos, así las imágenes fluorescentes giran a nuestro alrededor desde el primer hasta el último track no para marearnos, sino para hacernos danzar. Ojo, esos colores por más brillantes que sean, llevan mucha sombra por detrás, siempre. En el ejercicio de observación de la portada de Joyland podrían resumirse las sensaciones que surgen al escucharlo: el hecho de que no tenga título ni nombre de autor, que su imagen sea aparentemente amorfa y las líneas de ésta sugieran caminar a paso acelerado hasta el final de un túnel con invariables luces por dentro, se traduce en música igual de intrigante a lo largo de 12 tracks que irremediablemente te harán avanzar por esas superficies frías en donde tu confianza se fortalece gracias a los pequeños pero constantes destellos resplandecientes.

Esas canciones que coquetean a los sellos discográficos convencionales en molduras que caben en lo comercial con melodías no menos amigables que cualquiera de las poperas que escucharías en la radio, rescatadas por la tenebrosa voz de Alfons y la buena carga instrumental poco ortodoxa dentro del synth-pop que hacen de su propuesta una única en escena, son, entre las más destacadas: la atmosférica «Slightly Floating», la soberbia y atrayente «Capitol», la llena de carga techno «Rescue, Mister», la potente «Lost Souls/Eelings» y la ilusionista «Barely».

Mención aparte para el corazón del álbum, «Are We Arc?», cuyos latidos equilibran la intensidad emocional que alcanza los picos más altos entre los demás temas. Probablemente éste es el punto de donde todo el disco se sostiene, ya que simboliza el concepto sonoro de la obra en una complicidad de los mismos sentimientos y deseos humanos con la tecnología fría y calculadora que busca descifrarlos. Erotismo, deseo y devoción musicalizados con computadoras… touché.

Esta es la nueva perla que los fans del pop industrial -y psicodélico- estaban esperando. Con ella Alfons obtiene saludables resultados desde el ámbito personal al disipar los miedos que aparecieron al quedarse solo al frente de Trust, engendrando así una muy tenue pero estática luminosidad que lo acompaña a lo largo del eclipsado camino que lleva a Joyland. Por ello, el producto final se traduce en una atractiva invitación a conocer los encantos de su música más digerible pero al mismo tiempo más procesada; esa que te hará bailar con las luces en baja intensidad.

Tracklist:

  1. Slightly Floating
  2. Geryon
  3. Capitol
  4. Joyland
  5. Are we Arc
  6. Icabod
  7. Four Gut
  8. Rescue, Mister
  9. Lost Souls/Eelings
  10. Peer Pressure
  11. Barely

 

 

Me suena a: Cold Cave, VNV Nation, ADULT.