Para comprender a grandes rasgos el legado de Lycia, basta mencionar que durante al menos dos décadas se posicionó como una de las bandas pioneras de lo que hoy conocemos como el darkwave. Junto a Black Tape for a Blue Girl y Love Spirals Downwards, la banda oriunda de Arizona le dio un lugar privilegiado al sello Projekt en el mapa mundial como el centro de acopio de todas las propuestas musicales oscuras, góticas e introspectivas, abanderando un movimiento subterráneo que si bien no llama la atención de las masas, ni su éxito se traduce en ventas millonarias, sí inspira a las nuevas generaciones a seguir flotando sobre los senderos góticos olvidados.
En 2003, después de publicar el álbum Empty Space en Lycia decidieron guardar silencio por nada menos que diez años, en un tiempo en el que el futuro del proyecto se veía incierto y su alineación se quedaba incompleta. Es por ello que la noticia de una nueva producción discográfica en unión con Handmade Birds para este año fue más que sorpresiva, y seguramente para muchos fans del pasado vino acompañada de un mar de olas nostálgicas removiendo algunos sentimientos bien escondidos.
En Quiet Moments prácticamente tenemos a un solitario multi-instrumentalista Mike VanPortfleet (miembro fundador y siempre líder de la agrupación) encargándose de las tareas de producción y composición, con Tara Vanflower aportando sus celestiales voces en un par de temas (“Spring Trees” y “The Soil is Dead”). De esta forma Mike (cuya voz suena igual de fantasmal que siempre) explora terrenos mucho más ambientales (si es que esto es posible en su trabajo) y cuenta con una libertad absoluta de experimentación, por ello podemos saborear más sintetizadores expuestos de manera consistente, y cerca del final de la producción también sentimos el toque más electrónico de su música, con ruidos y secuencias influenciadas por el trip-hop siempre dentro de atmósferas profundas y oscuras, muy oscuras.
Quiet Moments enfrenta a la vieja con la nueva Lycia: la que antes se preocupaba por los repuntes intensos, aun en las líneas etéreas más regulares, con la que ahora se ocupa en el más mínimo detalle en los ensambles de sus composiciones y la que se arriesga a pesar de los aires más tranquilos. El encuentro es cautivador; desde que apagamos la luz con el track inicial (de mismo nombre del álbum), flotamos por la seductora “Greenland”, nos asfixiamos con las texturas de “The Wind Sings” y nos escapamos del hechizo de “Dead Star, Cold Star” para acercarnos al final del viaje, el ritual es sereno, relajante, con tantas espirales sonoras como en el dreampop más etéreo posible.
El delicado trabajo de guitarra merece una mención especial por su sugestión, capaz de detenerte para contemplar las sombras que se asoman en dirección de esa pequeña luz al final del túnel.
Así se siente Quiet Moments: frío y tenebroso contra gentil y seguro; como ser acariciado suavemente por un cuchillo con filo en medio de la oscuridad. Lycia manipula y tiene en todo momento el control de tu mente, de tu alma, sin embargo no pretende hacerte daño; con los elementos musicales más densos que bien pudieran utilizarse de forma agresiva, prefiere buscar el encanto y el hechizo, culminando en una sutil seducción y el voluntario sometimiento.
Este es el regreso de un soberbio nombre que muchas veces fue utilizado para bautizar etéreos fantasmas en los sueños y pesadillas de la mente del melómano ojival, perdido entre la fantasía y la realidad y que sólo se encuentra en el sonido de Lycia.
.
Tracklist:
- Quiet Moments
- The Visitor
- Antarctica
- Greenland
- Grand Rapids
- The Pier
- Spring Trees
- The Wind Sings
- Dead Leaves Fall
- Dead Star, Cold Star
- The Soil is Dead
.
Me suena a: Love Spirals Downwards, Black Tape for a Blue Girl, Dead Can Dance
.
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=z_CLmzvEQC0&w=700&h=470]
CATEGORÍAS