Ya llegó el primer disco largo de The Royal Arctic Institute, con 10 hermosos tracks de guitarras que hablan como si fueran memoria líquida: inmesas, tejidas en capas que acarician el almba y abren ventanas de recuerdos que conmueven.
En este elepé sin título (u homónimo) encontraremos post-rock hecho con corazón e intelecto, refinadísimo, como una colección de sinfonías sedosas que suenan como ecos para el alma. Estos temas están envueltos en nostalgia elegante, romances sin rostros y una melancolía que, lejos de pesar, flota danzante.
La banda de Nueva York ha podido plasmar en música el sonido de un amanecer eterno, y acá la podrán escuchar: