Un paseo por Eslovaquia con escala en un pequeño club nocturno para ofrecer un show memorable. Es lo que hizo Soviet Soviet en 2017, meses después de su incidente migratorio en Estados Unidos (ya saben, cuando por problemas de visas no pudieron participar en el festival SXSW).
Entonces Andrea Giometti, Alessandro Costantini y Matteo Tegu llegaron a la ciudad de Bratislava. En ese entonces traían a sus espaldas los discos Summer, Jesus; Fate y Endless, de los que se basaría su set de 11 rolas y casi una hora de duración. Lo envolventes y directos que el trío de Pesaro suelen ser en sus shows está por demás decirlo; como dicen por ahí, lo que se ve (y se escucha) no se pregunta. Basta decir que cada gota de sudor y cada litro de sangre huirviendo que corre por sus venas se siente en sus poderosa instrumentación y sus cautivadoras notas.
En este lapso el grupo tenía un hype importante dentro de la escena post-punk. Su sonido era muy distintivo, no había nadie que registrara un timbre similar. Y eso lo constataron los pocos pero muy afortunados aquella noche de octubre del ’17: