Siendo Perú una de las cunas más prolíficas del shoegaze en América Latina, no es cosa menor colocar a Resplandor en la cúspide de la pirámide de nombres que surgen de esta tierra. La banda naufraga como pocas lo han hecho en los océanos sonoros más célicos, de torrentes de viento y ruido que se expanden con el viento en espirales. Fundada por Antonio Zelada a finales de los noventas, emergió cuando la luz de este género amenazaba con apagarse, pero en lo subterráneo una nueva avanzada generacional surgió para darle un nuevo respiro y, de paso, su respectiva renovación.
Al poco tiempo -y con constantes cambios de alineación, manteniendo siempre a Zelada como líder y máxima mente creativa-, Resplandor se ganó un lugar especial en los gustos de los más estudiosos y críticos del dreampop y el shoegazing contemporáneos, gracias a sus exóticas composiciones que dependen principalmente de las guitarras cristalinas y ventosas, su reverberación sublime y los retrasos quiméricos, una voz distante y espectral, así como la generación de envolventes atmósferas etéreas que hacen de su música una experiencia profunda y fascinante para el oyente, que encuentra en estos ecos celestiales un refugio para purificar su alma.
No por nada íconos de la talla de Robin Guthrie (Cocteau Twins), Simon Scott (Slowdive), Johan Duncanson (The Radio Dept.) y Andrew Prinz (Mahogany), entre otros, se han acercado a trabajar con la banda, los primeros produciendo y masterizando su música y los otros entrando a colaborar con ellos en EPs y splits. En estas ligas se mueve el grupo, ni más ni menos. Lo hemos encontrado en los más altos vuelos de la ensoñación sonora para consagrarse hoy en día como una de las joyas más refinadas del shoegaze en todo el planeta.
Si bien es cierto que su discografía no es tan extensa como sus años de antigüedad lo sugeriría (hay un receso importante de por medio, claro está), sí podemos decir que Zelada y compañía, ahora radicando en Países Bajos desde hace varios años, apuestan más por la calidad que la cantidad, ya que en sus producciones no hay desperdicio alguno, y es muy difícil destacar una de otra a pesar de que todas mantienen un hilo conductor en su resonancia como sello característico de la agrupación. En su repertorio encontramos canciones introspectivas y también las hay más expansivas y teatrales, unas más frágiles y minimalistas, y otras más experimentales… De todo lo hay dentro de su bruma onírica, y acá vamos a repasar algunos de sus mejores registros.
¿Nos acompañan en este viaje?
1. Sol de Hiel
Elipse LP, 2000
Esta es una de las canciones más exquisitas de Elipse, su fantástico disco debut. "Sol de Hiel" suena tan nostálgica y, de alguna manera, también tan esperanzadora, que las emociones parecen danzar más que chocar, bajo un manto celeste que deja entrar los destellos hirientes de este sol para que posen sobre nuestras siluetas. Esas puntiagudas cuerdas acústicas parecen picarnos el alma suavemente, mientras la neblina se va volviendo melodía a nuestro alrededor. Es como si el tiempo se desvaneciera en capas de reverb, mientras flotamos entre los deseos y los sueños. Hermosísima composición.
2. Luna
Ambar LP, 2002
"Luna" es una de sus rolas más electrónicas, muy acorde con la propuesta general de Ambar, tal vez el disco más experimental de los peruanos. Entra muy bien en esa etiqueta ‘nu-gaze’ que se perpetuaba en el imaginario colectivo de los amantes shoegazers al inicio del milenio, pero tiene un enfoque mucho más teatral y expansivo que el resto de los registros que hicieron otros artistas en este periodo. En la parte final, cuando entran las percusiones para empujarnos, se genera un frenesí perfectamente canalizado como parte de un proceso sutil de pruficación espiritual.
3. Boreal
Pleamar LP, 2008
Para el LP Pleamar siguieron experimentando con elementos electrónicos pero tal vez no de manera tan estridente, pues en la mayor parte del set quisieron regresar a esa senda original del dreampop levitante y de guitarras cristalinas. En ese sentido, este álbum es como un punto medio entre los dos anteriores… un punto de equilibrio, vaya.
Pero volviendo al apartado de la electrónica, "Boreal" es de lo más alucinante de esta producción (a cargo de un tal Robin Guthrie), como si hubiera sido concebida en otro mundo y nos transportara hacia él. En definitiva, esta es la mejor aportación que Resplandor hizo a la entonces nueva y en boga etiqueta ‘nu-gaze’.
4. Adore
Tristeza LP, 2022
Imagínense pasar 14 años en silencio (cómo se les extrañó, caray) y que, de repente, aparecieran como bajando del firmamento con un canto tan celestial y poderoso como "Adore". Fue puro éxtasis sonoro. Este es uno de los temas más demoledores (si no es que el más) que la banda ha grabado, no solo por sus contundentes riffs y el estimulante estribillo, sino también por la conmoción que su aura provoca en el oyente: tiene una melodía triunfal, una atmósfera que te abraza con todo y su frialdad, y en el aire se evoca un nuevo amanecer con buenas noticias para todo aquél que esperó en el desconsuelo por tanto tiempo. Es como un radiante destello de luz rompiendo los muros que te mantenían en las tinieblas. ¡Bravísimo!
5. Deseo
Elipse LP, 2000
Un sonido abundante y una estructura minimalista que te sumergen en un sueño para transportarte a otro plano. Hay una pared de ruido muy suave o, mejor dicho, un halo de energía estelar rodéandolo todo; es un eco estático que nos hace levitar mientras los distantes cantos parecen ir despejando la niebla. Con este tipo de rolas Resplandor se dio a conocer en la escena, y desde el comienzo de su carrera nos advirtieron de su mágico sonido.
6. Bajo Oscuro Cielo
Ambar LP, 2002
Una de las rolas "diferentes" del grupo, debido a una aparentemente sencilla razón: el timbre de la batería es mucho más orgánico y sólido que el resto de sus registros, lo que le da un toque, digamos, más directo a su sonido. Por lo mismo, también se distingue mucho dentro del disco Ambar, desde luego. Aun así, los envolventes sintetizadores y esa voz irreal nos mantienen familiarizados con el toque ilusorio tan característico de Zelada y compañía.
7. Sueños de un Ave
Elipse LP, 2000
Wow… toda una experiencia. Un trance. Una odisea al mundo de los sueños… los sueños de un ave que vuela sobre el mar para buscar en el fin del mundo un santuario de estructuras intangibles, tal vez para poder descansar en paz.
Este poderosísimo track parece una ilusión brumosa hecha de capas de reverb y melodías olímpicas que devienen del mundo subliminal, con susurros de un universo que nunca se apagará. Pocas rolas shoegazers son tan ensoñadoras como ésta, que combina la delicadeza de lo etéreo con la contundencia de una atmósfera densamente inmersiva, evocando emociones muy profundas.
8. Tristeza
Tristeza LP, 2022
Chequen nada más esas guitarras de "Tristeza" que parecen estallidos de estrellas distantes, titilando en un oceáno de susurros cuyo oleaje se muestra inquieto. Este es un track un poco más agitado en ritmo pero igual de introspectivo dentro del repertorio de la banda. En el cierre da un giro más teatral, como si se tratara del arribo a un lugar asombroso y fuera necesario un respiro para su contemplación.
9. Twilight
Pleamar LP, 2008
Para cerrar, otro de los temas más bellos y épicos de Resplandor: "Twilight," un viaje eterno en el que resuena su canto suspendido en la inmensidad. Este murmullo angelical se expande en el aire; es como un eco sideral que se funde en el cosmos, donde parece que se tejieron sus fascinantes texturas.
Su melodía trasciende el tiempo y el espacio, mientras transcurre se vuelve un sueño interminable, una caricia incesante al alma con nostalgias que nunca fueron y anhelos de algo que nunca existió. No tiene fin ni horizonte. Y es que no se trata del destino, sino del trayecto… solo hay que dejarse llevar.