Una de las bandas en el mundo que más han llamado mi atención en los últimos meses es Mint Field. Estas chicas de Tijuana, México no están precisamente un paso al frente ni atrás de la escena, sino al lado, en una dimensión alterna con valles celestiales… Al borde de lo etéreo.
Con su primer álbum de larga duración, Pasar de las Luces, Amor Amezcua y Estrella Sánchez entregan postales de horizontes ilusorios en los fantásticos dominios del pop, en la frontera entre la luz y la oscuridad. Por momentos parecen desprenderse de todo sentimiento terrenal para conectarse al instante desde niveles espirituales. Y un halo de misticismo cubre sus instrumentos.
La producción consta de 13 pistas con los que parecen mirar cara a cara a Landing y The Black Ryder, incluso a los nuevos Slowdive. Con palpitaciones eléctricas, baterías limpias y melodías atrayentes parecen retomar las técnicas más expresivas del shoegaze para mezclarlas con las ambiciones de un space rock suave y expansivo. Sus texturas son suculentas y desempolvadas. Canciones como la sedante «Ojos en el Carro», la cinemática «Ciudad Satélite» (con unos exquisitos beats) o la emotiva «Viceversa» exponen ese aura enigmático con el que nos inducen a pequeños trances en una realidad alterna. Pero hablemos también de otro tipo de tracks, los de estructuras más frágiles o vulnerables que hacen gala de esas voces angelicales y sofocadas, en perfecta armonía con las atmósferas ligeras en piezas como el inicial «El Parque parecía no tener Fin», el minimalista «Temporada de Jacarandas» o el ambiental «Nostalgia» que llegan como los besos más dulces en el frío de la oscuridad. Son expresiones de sweet pop que le dan un color distinto a la melancolía.
Luego encontramos otros momentos que se distinguen más por sus graduales explosiones en sus pedales, dosificados solo para esos momentos cumbre en los edificios emocionales que van construyendo poco a poco. Muestra de ello la escénica canción «Boötes Void» que te lleva a contemplar la psicodelia en el espacio exterior, con ráfagas de reverb para un mejor mañana. «Nada es Estático y Evoluciona» continúa el viaje con esas inmaculadas voces y gloriosas espirales de guitarra que hemos escuchado antes en Cranes. Son ambas juntas como agresiva poesía instrumental venida del cielo.
Si hubiera un problema (si lo hubiera, uno solo) con Pasar de las Luces sería que trae un vaivén muy desemejante emocional y sonoramente hablando. Es decir, en puntos importantes del tracklist la tónica cambia demasiado aprisa y algunas canciones funcionan más por sí solas que en un todo. Y hay algunas magistrales manifestaciones sónicas en las que desearía que estas chicas se hubieran atrevido un poco más en la repetición de sus soberbios riffs para construir algo verdaderamente poderoso y monumental allá arriba donde nos elevan, en vez de bajarnos tan rápido. Sin embargo, esto solo habla de lo que Mint Field es capaz de lograr con nuestra mente y nuestro espíritu; alteran la primera y dan de beber al segundo. Sobrevuelan el cosmos y besan las estrellas en la mayoría de sus notas. Son magia y luz en agujeros negros. Y lo sonorizan todo con ilustres manifestaciones de clásico dreampop, brumoso shoegaze, nostálgico slowcore y un melodramático space rock que juntas todas nos hacen cerrar los ojos y volar tan lejos como nuestra imaginación se deje alterar.
Tracklist:
- El Parque parecía no tener Fin
- Ojos en el Carro
- Ciudad Satélite
- Temporada de Jacarandas
- Quiero Otoño de Nuevo
- Cambios del Pasar
- Viceversa
- Nostalgia
- Boötes Void
- Nada es Estático y Evoluciona
- Club de Chicas
- Para Gali
- Párpados Morados
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Me suena a: Landing, Coloresantos, Sueño con belugas
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