Este es uno de esos discos que rejuvenecen la mente porque la invitan a descansar, y en los que el espíritu se fortalece porque se alimenta de emociones.
El trabajo de Madeline Johnston con Midwife siempre me ha evocado imágenes etéreas de un bosque recóndito y brumoso a medio amanecer, donde los suaves murmullos de los insectos se fusionan con el movimiento lento de las hojas de los árboles. Y no hay nada más. Es un refugio para el alma, ahí se encuentra la paz y la calma profunda. En otros ejercicios, su sonido me transportan a un rincón gélido del universo, donde un oasis de tranquilidad pinta lienzos flotantes sobre los que podemos pintar nuestras reflexiones más inocentes sobre el cosmos.
Los portales de ambos espacios los podemos encontrar en su más reciente elepé, No Depression in Heaven (wow, qué título), en donde no nos enfrentamos a ningún indicio de hostilidad ni distorsión a lo largo de su hipnótico tracklist, lo que nos adentra a un trance en el que cuerpo y alma conviven bajo un manto celeste. Es un trabajo minimalista y genuino, pues sus siete temas parecen prescindir del cálculo perfeccionista a propósito, otorgándole ese sentimiento de espontaneidad y humanidad a pesar de encontrarnos dentro de atmósferas irreales.
A excepción de «Vanessa», en todas las canciones se prescinde de las percusiones, alentando a las guitarras en diferentes tonalidades a imponerse a los murmullos del viento, a que los sintetizadores sugieran sutilmente un encuentro melancólico con los recuerdos, y a que la voz suave de Madeline nos susurre anhelos y secretos al oído para que se arrulle la conciencia. Entre «Rock N Roll Never Forgets», «Autoluminescent», «Killdozer» el tema que da título a la producción encontraremos estas premisas claramente manifestadas.
Y es que Midwife hace del silencio y el vacío dos de sus mejores aliados en esta travesía olímpica, pues no los somete ni los reprime, al contrario, los involucra en sus fórmulas y de alguna manera les encuentra un lugar en el que pueden expresarse mientras transcurre No Depression in Heaven. Este es uno de esos discos que rejuvenecen la mente porque la invitan a descansar, y en los que el espíritu se fortalece porque se alimenta de emociones. Me resulta realmente increíble que Johnston haya engendrado esta obra en la parte trasera de una van en largos trayectos de carretera, mientras estaba de tour en años en los últimos años; esto me dice que su control emocional y su nivel de concentración es de otro mundo, tal vez de ese al que nos lleva a levitar cada vez que toma sus instrumentos.
TRACKLIST:
Rock N Roll Never Forgets
Autoluminescent
Droving
Vanessa
Killdozer
Better Of Alone
No Depression in Heaven
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