A través de la historia de MONO hemos sido testigos de la evolución en su música. En sus primeros discos se montaron en la ola del post-rock (bastante pesado con tintes metaleros) que arrastró a cualquier cantidad de bandas por los inicios de los 2000’s, dando pasos agigantados en sus estructuras conforme sus nuevas producciones iban saliendo. Al mediano plazo su instrumentación titánica y la infalible fórmula in crescendo poco a poco los llevaron a catalogarse como una agrupación que buscaba sonar más a una orquesta rocker que a una banda de rock instrumental en sí, hasta que llegaron a un punto crucial denominado Hymn to the Immortal Wind (2013), álbum donde su etiqueta varió a «música clásica moderna». El responsable detrás de estas transformación fue su mente creativa Takaakira «Taka» Goto.
Después de editar dos álbumes simultáneamente el año pasado (The Last Dawn y Rays of Drkness) y llevar a cabo una extensa gira para su promoción, MONO se dio un respiro y Taka tomó esta oportunidad para continuar avanzando en su propia evolución, teniendo quizás desde hace tiempo algunos tracks en mente que consideraba que, a pesar del continuo cambiante concepto de su banda, todavía no llegaba al punto donde éstos pudieran tener cabida en su discografía. Estos temas van todavía más lejos en la inmersión de la música clásica, incluso ambiental, con un mayor protagonismo del piano, los violoncellos, así como de la exploración de las cuerdas y otros instrumentos de viento, apartándose de la densidad y electricidad de sus pasadas obras. Era momento de sacarlas a la luz y probablemente la mejor idea era hacerlo en solitario para no correr riesgos en estropear las cosas con un experimento más radical con su agrupación.
Classical Punk and Echoes Under the Beauty es una colección de siete canciones totalmente instrumentales, cinemáticas y de una resonancia épica pero sin caer en la sofocación ni la saturación eléctrica. Temas como «Delicate Madness» (la que abre) y «Emptiness Color» dan muestra de la comodidad con la que Goto suele profundizar en sentimientos más apegados a la insolación y la nostalgia, concibiendo momentos ideales para sonorizar alguna película de drama/terror del culto japonés, mostrándose capaz de montarse en la lista de grandes autores en este campo, compatriotas suyos, como Shiro Sagisu pero él explotando una mayor solidez y estructura en sus composiciones gracias a su compleja instrumentación y un sonido más orgánico.
«Isolation» y «Silence of Eden» (de las mejores) son vals románticos y de historias de conflicto, con la bipolaridad emocional clásica de este genio nipón confrontando la ternura con la crueldad en una sutil línea, casi invisible. Estos dos son los resultados de los trabajos previamente elaborados en «Follow the Map» o «2 Candles 1 Wish» (ambas de MONO) excluyendo las guitarras minimalistas.
Desde luego que su pasado reciente forma parte del presente y futuro de Taka, por lo que le fue casi imposible evitar los desplantes post-rockeros más robustos o vigorosos, gracias a la batería, como «Till the Night Comes» y «Emptiness Corridor» de melodías más desesperadas para ilustrar en el viento con ondas sonoras la tragedia y incertidumbre en un cuarto oscuro que a través de los pequeños destellos de luz de sus ventanas pueden contemplarse horizontes lejanos pero inciertos, a los cuales preferirías escapar para correr los riesgos sin pensar en las consecuencias. La capacidad para sugerir un clímax desgarrador sin que éste llegue, es otra de las virtudes de estos capítulos que genera expectativa y cierta angustia reconfortante. Aun aquí, la fuerza no viene de las guitarras, sino de la fusión orquestal en un materialización excelsa con el piano como principal guía.
En su primer disco como solista, Taka Goto ha dado un paso gigantesco en el camino que sigue hacia la inmortalidad a través de su música visceral y teatral. No sabemos si éste va a ser un quiebre trascendental en su carrera al punto que considere es momento de continuar este sendero por separado, o bien regresar a su banda y contagiar mental y espiritualmente a sus compañeros para revestir y fortificar este tipo de piezas sinfónicas con una instrumentación todavía más complicada. De cualquiera de las dos maneras, ya no hay marcha atrás para Takaakira, con su intelecto y habilidad ha rebasado a los demás integrantes de su banda y a sus colegas contemporáneos del género. Su manera única de pintar de colores la depresión, de transformar las tragedias en las experiencias más lindas y de transportarte a terrenos hostiles pero seguros creados en su propia mente, retorcida y llena de paz, es sin duda su mayor atributo diferenciador en la actualidad.
Tracklist:
- Delicate Madness
- Isolation
- Till The Night Comes
- Muse
- Silence of Eden
- Emptiness Corridor
- Uka – Tenshi no Ibuki
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