Imagínense meter en una licuadora componentes sutiles del new wave, el dreampop y el synthpop, luego meterle 10 cubos de hielo y mezclarlo todo a una velocidad lenta, sin presionar el motor. El frio menjurje que resultaría se llamaría beach novels y su versión en Warm Air sería la especialidad de este año.
En su primer disco de larga duración, el grupo de estadounidense bebe de la reverberación de Wild Nothing y se alimenta de las guitarras de Real Estate. Entonces usa aderezos shoegazers repentinamente, ya saben, para usarlo como calefaxión frente a las bajas temperaturas de estas románticas piezas sonoras. Si nos apuran, podríamos hasta notar inclinación britpop noventero -precisamente ya en el final del tracklist.
El resultado es una colección de 12 refinadas canciones que nos rejuvenecerán el alma y nos invitarán a soñar en una burbuja fría y rosada. No se alimentan los sentimientos bajos ni la desolación, pero sí es esta una obra musical que nos invita a pasarla bien con nosotros mismos, ordenando algunos pensamientos de eventos pasados que nos producen añoranza, nostalgia y amor.
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