Alphaville es un nombre muy conocido para todo aquel que haya seguido de cerca la New Wave de la década de 1980. Apareció primero en una famosa banda alemana que cantaba en inglés todas sus canciones, incluidos los hits mundiales «Big in Japan», «Dance with Me» y «Forever Young», sin embargo, en la llamada “Movida española” (en los ochentas también), surgieron un sinnúmero de agrupaciones de esta misma corriente musical, y entre ellas se destacaba una con el mismo nombre y cuyo líder, ideólogo y cantautor declaró que este fue tomado del título de la película del gran cineasta francés Jean-Luc Godard (Alphaville, 1965). Esta banda española, por su parte, cantaba naturalmente en castellano, e incluso en algunas otras lenguas (alemán y francés).
El grupo de Madrid apareció alrededor de 1982 y perduró hasta cerca del ’86. En este lapso de cuatro años editaron apenas un LP, varios singles y otros maxis, además de varios compilatorios entre los que se destacan Paisajes Nocturnos (Single, 1982), Palacio de Invierno (EP, 1982), La Escalera (Single, 1983), De Máscaras y Enigmas (LP, 1984), El Desprecio (EP, 1985) y Después de la Derrota (LP compilatorio), todos estos editados con el sello español Discos Radioactivos Organizados (DRO), además de Catástrofes del Corazón (LP compilatorio, 1999) editado con la label Lollipop.
En todos estos trabajos las influencias variaban entre los guiños al rock progresivo de King Crimson y los dedicados al New Wave de Japan, así como al post-punk de nombres más clásicos como Joy Division y Echo & The Bunnymen.
Por ejemplo, en uno de sus singles más famosos, «De Máscaras y Enigmas» (del disco del mismo nombre) son de asombro sus arreglos fríos y envolventes, muy particulares; también son notorias las dos guitarras eléctricas, además de que se muestra la fórmula de teclados y arreglos de viento cada vez que se hace un cambio del coro a la siguiente estrofa de la canción; y la lírica complementa la majestuosidad de esta música. Además, el videoclip reflejó el perfil y pretensiones artísticas de la banda, igual que ocurría en los diseños gráficos de las portadas de todos sus discos.
Aunque apostaron siempre por el uso de las guitarras límpidas -además de los teclados y vientos- estos chicos siempre se arriesgaron en su sonido con diferentes paletas sónicas. Es por ello que temas como «La Escalera» y «Muerte en Venecia» (ambas también del elepé De Máscaras y Enigmas) reflejan notablemente una inclinación más pop; no obstante, el aire de misterio que se proyecta en sus letras atrapa al escucha de principio a fin. Lo anterior es una constante en la temática de sus composiciones: son misteriosas, oscurantistas y con referencias filosóficas o literarias que encajan a la perfección con las melodías lúgubres y ensoñadoras.
Adicionalmente y como se mencionó antes, la Alphaville española (que siempre coexistió con la Alphaville alemana) también supo componer piezas en francés y alemán, curiosamente: «Artaud (Le momo)» y «Nietzsche (Der Geiterstrank)», la primera de ellas, cabe decir, se caracteriza por el magistral uso de agudos y bases rítmicas rápidas. De hecho, hasta hubo por ahí alguna canción cuasi experimental, «Un Día de Diciembre», que no fue incluida en su discografía oficial (pero sí en una compilación navideña llamada Navidades Radioactivas en 1982).
Ya cerca de 1986 la agrupación decidió separarse, fue entonces que el vocalista José Luis Fernández Abel armó rápidamente un proyecto denominado La cólera de Dios, con el que editó apenas un sencillo que, por cierto, seguía la misma línea musical desarrollada en su antigua banda. Más adelante, en 1991 llegó a editar su primer álbum solista que llamó De Pasión, y en el que seguía apostando por el sonido de su proyecto primigenio pero para esta ocasión creó melodías más abiertas al “gran público”. Luego, ya a fines de 1994 algunos de los miembros originales de Alphaville se reunieron para volver a grabar varias de sus viejas canciones, incluyendo temas que nunca antes habían editado (lo que dio luz a Catástrofes del Corazón, precisamente), sin embargo, tan solo unas cuantas sesiones después no pasó mucho con el grupo y se supo poco o casi nada de ellos.
Aunque debemos precisar que actualmente el material físico de todo el catálogo de los españoles se encuentra descontinuado, sus títulos de ediciones originales sí pueden conseguirse en distintas tiendas en línea (casi todos, por no decir todos de segunda mano, claro), así como podemos encontrar las versiones digitales de la gran mayoría en las diferentes plataformas de streaming en la red (ya saben, Spotify, YouTube, etc.).
Pero en la colección digital o física de cualquier melómano estudioso que ame el New Wave y el Synthpop de los ochentas, debería haber siempre un lugar reservado para la música de Alphaville, de España.
CATEGORÍAS