Cuando a mitad de los noventas el UK se vio contagiado del furor nacionalista que desprendía la música de ingleses hecha en casa y que comenzaba a expandir su idea en el resto del mundo, se dio la coyuntura para la gran batalla del britpop, en la cual, por primera vez en muchos años, dos grupos que venían de tocar muchas puertas y de luchar por ganarse una mención en los medios de comunicación, ahora se disputaban (sin ellos quererlo) el primer lugar en las listas. Oasis, sin duda alguna, fue el gran vencedor entonces.

En 1995 se estaba cocinando la salida de What’s the Stoy (Morning Glory), el segundo disco largo de los hermanos Noel y Liam Gallagher, con altísimas expectativas después de haber hecho estallar la bomba de su LP debut, Definiteley Maybe un año atrás. Entre los singles de avanzada primero lanzaron «Roll With It» y luego salió «Wonderwall», y con eso bastó para coronar al nuevo rey del britpop. Pero si para alguien quedaba duda, se guardaron en tercera vía una contundente confirmación con «Don’t Look Back in Anger», otro clásico inmediato y uno de los temas más icónicos de la banda de Mánchester.

Noel fue el responsable de la composición (como en la gran mayoría del repertorio del grupo) y de su propia interpretación. Fue la primera y más famosa de las rolas de Oasis en las que la inconfundible voz de Liam no aparecía, y esto desde luego le da al track un mayor grado de dificultad y su respectiva distinción. Por eso, desde un principio mucho se especuló sobre la historia que en ella se contaba y salieron varias versiones que mitificaron sus orígenes.

Siempre quedó claro que con la protagonista, Sally, se nos invita a no aferrarnos al resentimiento ni al dolor, para luego, con cierto aire nostálgico, despertar algo de esperanza y resiliencia para afrontar la vida. También se creía en un inicio que Noel la había escrito en casa, en una de esas tardes inspiradas, pero no había más detalles o curiosidades al respecto.

Fue hasta hace relativamente poco que, en una entrevista para la BBC en el programa First and Last, el propio Noel se abrió para despejar las dudas, al menos parcialmente, de uno de los tópicos recurrentes en las discusiones de los fans más clavados de Oasis: ¿de dónde salió realmente este clásico? Y, bueno, todo nos remonta a una noche de copas y memorias fallidas en un club de striptease:

Estábamos de tour y cuando se acabó el show aquello terminó en un club de striptease, y a menudo me pregunto: ¿Es Sally una stripper que conocí esa vez? Porque salimos esa noche y luego me desperté al día siguiente y ahí estaba la canción en un trozo de papel. No recuerdo haberla escrito.

Remató diciendo que Sally es una mujer de edad avanzada que mira atrás en su vida para reflexionar sobre lo que ha hecho y cómo eso la transformó en lo que es actualmente, luego brinda por eso porque, a final de cuentas, todo es cuestión de adaptarse y aceptarse a uno mismo tal y como es.

Así que ahí lo tienen: la temática no cambia pero sí que la manera en que Noel compuso la canción. No fue en su casa en uno de esos días bellos y tranquilos, fue probablemente a media noche o de madrugada, saliendo de una borrachera y tal vez ya con los primeros indicios de resaca, eso sí, en un momento de clarividencia, de esos que abundaban en aquellos días para el cantautor británico.

Lo que vino después, tal vez ahora sí en casa y con mucho más calma, fue la moldura instrumental. La introducción con el piano es un claro tributo al máximo referente musical de los Gallagher: The Beatles. Luego, el resto de la emotiva melodía también se influenció por el estilo de baladas que se hacía en los sesentas, pero acá se cargó todo con mucho más electricidad. Con eso y una conmovedora letra bastó para hacer de «Don’t Look Back in Anger» un éxito demoledor que se metió en una página muy especial en la historia del rock y el pop del Reino Unido, con un poderoso mensaje de optimismo para los tiempos difíciles.

 


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