De acuerdo a la jerga popular de Liverpool, Blending hace referencia al producto de la unión de dos cosas heterogéneas, como una mezcla que al final tiene como resultado algo con características de lo que lo crearon. Y esta es la palabra que High Vis utilizaron para intitular su segundo y nuevo disco de estudio, y quizá entenderemos un poco por qué fue así.
Esta producción consta de nueve enérgicas y nostálgicas canciones de constantes alusiones al nihilismo que impera en las rutinas de la clase trabajadora en Inglaterra. Por esto, su lírica aborda tópicos sobre la justicia social, la protesta política y una que otra propuesta emotiva para mejorar nuestro mundo a través de frías melodías (post) punk. Hay energía porque el disco se siente combativo; rolas como «0151» y «Morality Test» además de buenos y naturales gritos producen anfetaminas en sus guitarras y generan más power en sus batacas. Y también hay nostalgia porque episodios como «Talk for Hours», «Fever Dream» o «Join Hands» suenan tan noventeros y joviales que la humedad de sus cuerdas (en registros jangle pop incluso) nos remontan a lo mejor de nuestros días pasados bajo un cielo nublado.
Hay algo en la voz de Graham Sayle y la instrumentación redonda de Martin MacNamara, Rob Hammeren, Rob Moss y Edward «Ski» Harper que los hace sonar a los cinco como una mezcla de Jane’s Addiction con Close Lobsters, ¿no lo creen? Es más, me atrevería a suponer cierta influencia de The Smiths, y ya yendo más lejos también hay algo de afinidad por el movimiento mádchester (solo hace falta subir el volumen en «Join Hands» para sentirlo). En fin. Lo innegable es que esta música tiene músculo y mucha luz. En comparación con su álbum antecesor (y debut, No Sense No Feeling) el quinteto inglés tiene en este trabajo uno más más accesible y radiante, aunque eso no significa que estos chicos no sigan apostando por la alteración de los estados de ánimo y de conciencia para enfrentarse a las contradicciones del sistema.
Por eso High Vis suenan contestatarios sin necesidad de incitar realmente a la violencia. Por eso Blending es un álbum fino desde este punto de vista: es rebelde y elegante en dimensiones iguales, porque penetra igual la mente y afecta contundentemente las emociones. También despertará reflexiones profundas así como erizará los vellos de la piel. Y la fusión de sentimientos como la desesperación y la esperanza producirán en quien escuche una compleja adicción a cada melodía que parece cobrar vida por sí sola. Tenemos aquí un álbum frágil pero sólido, vulnerable como pendenciero. Es un ejemplar muy especial para su género.
TRACKLIST
Talk for Hours
0151
Out Cold
Blending
Trauma Bonds
Fever Dream
Morality Test
Join Hands
Shame
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