¿Cómo les podemos definir a CASTLEBEAT? Más allá de que es un proyecto solista proveniente de California, habrá que decir que es una amalgama de emociones sonoras bien definidas y ricas dentro de una gama pop: amor, emoción, nostalgia y añoranza. Todas a flor de piel.
Josh Hwang ya lleva unos años rondando por aquí y por allá; actualmente está promocionando su cuarto disco de larga duración, lo que nos da una idea de su ya considerable trayectoria subterránea. En Half Life él afiló sus guitarras para que sus puntas quedaran más finas que nunca, y las mojó en aguas congeladas para que sonaran como campanas en sus timbres jangle. Además, parece que por instantes en el tracklist se encerró en un sótano dentro de su casa, porque suena no solo underground en su voz sino también suena casero en algunas secuencias instrumentales. Algo más cerca de lo orgánico, atinadamente imperfecto como el arte mismo debería ser al tratarse de una extensión del ser humano; ¿no lo creen?
Piensen en nombres como The Death of Pop, Wild Nothing o The Mary Onettes. Con todos encontrarán cierta afinidad al momento de darle play al otoño musical que se carga Josh por acá. Son rolas que nos meten a un estado vulnerable; nos vuelven sentimentales y las memorias de tiempos mejores junto a las esperanzas por glorias venideras se fusionan en una sola bola de sueños. Y nos encanta cómo se vive esto.
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