Una sugestión musical hacia el mundo de los sueños, de la mano de Monochrome que planean desde Nueva York hasta la luna con su primer disco de larga duración: When The Moon Was Full.

Para fans de Auburn Lull y A.R. Kane, puede que tengamos aquí un relevo generacional casi perfecto en esas vertientes más oníricas del dreampop. Este cuarteto parece surgido de las cenizas de esos fuegos celestes que firmó la 4AD a finales de los ochenta y principios-mediados de los noventa. Sí, nos referimos a la detonación shoegazer desde sus perspectivas más etéreas.

 

Las texturas de estas ocho piezas son tersas y delicadas. Cada una parece un manto inmaterial que nos envuelve en hipnosis mientras ascendemos a las puertas del firmamento. «Where Did You Go To?», «Unspoken Words», «Into the Night» y «My Time» son los puntos más angelicales de la odisea. «Following» es cosa especial. Todos son ejemplos del tipo de energía angelical que puede materializarse a partir de la fusión de instrumentos de viento y el reverb en un plano electroacústico de tenues percusiones que simulan el palpitar de un calmado corazón.

 

 

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