Ya les hemos contado en La historia del Post-Rock en 4 capítulos lo que The Polar Dream significó en esa etapa de la escena en que llegaron nuevas velas para abanderar la persistencia suave de un fuego que había ardido años atrás, por lo que a nadie acá debe sorprender que el regreso del grupo jalisciense, tras una buena cantidad de años sin actividad en el estudio, es cosa para no tomarse a la ligera.
Este 2025 es el año de la edición de su nuevo elepé, Alma Gris, compuesto de siete tracks instrumentales (como es común en ellos) que sí se suspenden en las vertientes del post-rock pero, quizá como nunca antes, en las de la psicodelia también. Puede ser que se trajeron algunos trucos del proyecto alterno Fauno, o tal vez no. Quizá es solo que decidieron cambiar de peldaño en su experimentación instrumental y la expansión sonoroa de su cadencia: mientras gran parte de su trayectoria se les vinculó con el estilo de Explosions in the Sky o The Album Leaf, en esta vuelta a las andadas han decidido que quieren seguir los pasos camaleónicos de Mogwai.
Que no se malinterprete: The Polar Dream tiene su sello propio. Por tanto, esto se llama evolución: