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Crush of Souls es una avalancha de terror, caos, fuego y desesperanza en una noche interminable. La banda comandada por Charles Rowell (Crocodiles) refleja lo ecos de una tormenta interior y los convierte en cadencia para bailar hasta que el sudor termine con la existencia, como ocurre en su nuevo disoc de larga duración: Lézire (AVANT! Records).

El álbum es una delcaratoria de amor por París, Francia. Contempla su belleza pero también su decadencia, la parte oscura que se mira en las tinieblas, abajo del resplandor de la luz. Ahí, el pulso industrial late incesantemente para arrastrar al oyente en un abismo donde cada golpe de sintetizaor roza sus miedos. El ritmo EBM se vuelve una marea oscura que envuelve en un vaivén interminable de danza y terror.

Estos 10 tracks remembran el sonido goth más futurista de una época que ya fue, que ya no está aquí porque se ha consumido entre la ansiedad y el deseo. La sepulcral voz de Charles es lo único que prevalece después de que las sombras y la pasión se funden, el aire se carga de beats sólidos y las paredes de una fábrica abandonada guardan secretos inconfesables.

Si vas a entrar a esta aventura que parece más bien una fiesta ritualista de bailes entre todo lo oxidado y muerto que decora el lugar, tal vez debas hacer escalas de reproducción repetida en los temas "Cult of Two", "Souls Apart" (muy clan of Xymox de los ochentas con esas guitarras acústicas), "No Soul" y "Touch form A Heartbeat", de lejos lo más interesante de la producción, aunque los demás capítulos tienen la misma contundencia sonora para complementar una obra que se disfruta en la oscuridad de principio a fin.