En las últimas semanas estuvimos escuchando un par de nuevas rolas de Maida Rose porque, precisamente, estaban en la previa de la publicación de su recién estrenado LP, In Boundless Blue.

Con este disco, perfecto para fríos amaneceres o melancólicas puestas de sol, el grupo de Países Bajos reafirma su posición como uno de los actos más sofisticados del nuevo dreampop de cristalinas cuerdas eléctricas, voces suaves y texturas instrumentales que parecen de terciopelo. En estas siete canciones pensarán mucho en Beach House y Castlebeat, por mencionar dos referentes importantes.

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