Voices from Deep Below es el proyecto solista del músico y cantautor inglés Dale Humprhies, quien, para nosotros, se ha ganado un lugar en la escena independiente del shoegaze como una de las manifestaciones más auténticas de las últimas décadas, gracias a su capacidad para producir cada matiz sonoro en su obra y hacerlo todo un acontecimiento de trascendencia sonora para el oyente. Su propuesta tiene todo lo que un verdadero amante del género exige: guitarras pesadas y distorsionadas, atmósferas densas y melodías etéreas que se abren paso entre el ruido para acariciar, y a veces rasguñar, los sentidos bien abiertos.

Eso sí, su voz es algo «diferente» para este rubro musical; tiene un timbre suave y casi andrógino que, a su propio modo, aporta equilibrio a la fortaleza de este ruido tan melancólico y profundo, bajo el velo de los efectos del reverb y el manto de sus evolventes atmósferas glaciales:

 

Sleepless

Un espectacular ataque auditivo que termina por desgarrar los tímpanos y las vestiduras. Esto es masoquismo puro porque, por más potente y corrosiva que suene esta secuencia de distorsión, uno termina queriendo más y más. Es una canción perfecta para despedir el mundo o una promesa rota… Es el derrumbe de todos tus sueños y anhelos en relenti.

 

Close Those Eyes

El choque de este eco sombrío y teatralmente abrasivo con esa voz suave y juvenil de Humprhies sugiere una dualidad sonora que no muy a menudo se escucha en el shoegazing. Tal vez nunca ha sonado como aquí, en una de sus rolas más glaciales y monumentales.

 

No More Can Be

Para disfrutar de esta experiencia basta con recostarse, cerrar los ojos y subir el volumen al máximo, entonces les garantizamos que los sentimientos se van a poner a flor de piel. La cadencia de «No More Can Be» es súper dulce y nostálgica, hasta de tipo cursi si la imaginamos en una coraza azucarada de pop sencillo, pero luego llega el ruido, la disonancia, el caos… Esa conjugación de elementos retuercen los sentidos y las vísceras con harto amor.

 

Mountain

También hay momentos en los que la voz de Humphries suena como la de un fantasma atrapado en otra dimensión, intentando susurrarnos algo al oído mientras las espirales de noise atraviesan su silueta irreal. Esta canción es un buen ejemplo de esta idea, con sus guitarras abrasivas que también parecen espectros en la niebla, atrapadas en torbellinos estáticos de feedback y en el denso vendaval de energía eléctrica.

Piensen en «Mountain» como una melodía expansiva que está basada en melancolía y noise, para albergar el eco de una explosión en cámara lenta.

 

The Morning Wakes Us

Después del alba parece que nada queda, solo las vibraciones retrasadas de la catástrofe del fin del mundo. Escuchar «The Morning Wakes Us» es como ir recorriendo un trágico campo de batalla a la mañana siguiente, una zona de guerra con las cenizas todavía ardiendo y los lamentos rebotando en las paredes agrietadas. Aun en un escenario así de distópico, Dale encuentra momentos de redención e introspección. Y se cierra el telón…