Ya les habíamos advertido semanas atrás que moodlighting estaba preparando cosas muy interesantes para los oídos sedientos de dulce indie pop bien hecho, artesanal, con inteligencia y ternura de por medio. Eso encontramos en su nuevo disco de estudio, Gutter rabbit, de 16 tracks que suenan con sus ecos suaves de una guitarra que evoca recuerdos de dulces romances.
Visualicen el mundo con colores pastel hechos melodía, con ritmos que bailan entre la nostalgia y la dulzura con canciones que parecen cartas sonoras enviadas al pasado. Este es indie pop (con un poco de jangle y shoegaze) que acaricia el corazón: tintineo jangle, emociones reconfortantes y un toque vintage con cierta resonancia lo-fi.
Este grupo californiano en cuerpo y australiano en espíritu maneja texturas imperfectas que abrazan el alma; comparte su arte con el carismo de quien no busca ser perfecto, pero sí certero al momento de entrar a la memoria y el corazón de sus oyentes:
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