Warp Records

2025


  • Este es el trabajo «diferente» de la banda londienense hasta ahora, y seguramente uno de los más experimentales cuando su carrera se haya terminado. Por eso hoy podemos decir que tiene el potencial de convertirse en un parteaguas; mientras eso se confirma, tendrá por ahora la etiqueta de ambición y reinvención.

Squid está en pleno proceso de conolidación en la escena, de eso no tenemos duda. La banda londinense viene abriéndose camino desde hace un par de años como uno de los relevos más frescos e interesantes que se encuentran en un punto medio entre el indie rock de crudas resonancias y el post-punk de luminisas secuencias melódicas, y por muchos es considerada una de las ofertas más innovodras de la música británica en la actualidad.

Ahora que promueven su nuevo disco de larga duración, Cowards, podemos notar una clara evolución en su sonido, concretando un set que puede servir de influencia para otros actos musicales venideros. Con canciones igual de tensas que liberadoras, este trabajo presume de texturas descomunales en su instrumentación y una atracción sonora evocadora. Siguen los vestigios del krautrock y el pop progresivo de sus orígenes, algo de new wave también, pero su siguiente paso los lleva a fronteras irreales mucho más expansivas, producto de su madurez artística, destruyendo las limitantes creativas que pudieran amenazar con frenarlos.

Rolas como «Crispy Skin» y «Building 650» exploran tópicos líricos oscuros y feroces pero con una jovialidad melódica envidiable, estableciendo un equilibrio emocional que se sostiene desde el inicio hasta el final de cada track. Tal vez la misma esencia tiene «Showtime!» (que está más adelante en el tracklist), con un estilo retro-futurista y una dinámica cambiante en su cierre, hasta que se vuelve juguetona y colorida.

Por otro lado, los tracks «Fieldworks I» y «Fieldworks II» representan el respiro a medio camino, más etéreos y serenos. Pero antes de esas dos está «Blood on the Boulders», y después aparece «Cro-Magnon Man», y ambas rolas nos reintroducen a la aventura, presentando intstrumentalmente una tensión llevadera que no incómoda pero sí inquieta.

Al final está «Well Met (Fingers Through the Fence)», despidiéndonos con sonidos y voces que poco a poco se van deslizándose en el aire, hasta que todo desparece desvanecido antes de una alegórica lección instrumental.

De esta manera, nos queda claro que Squid se alejó de la euforia de sus trabajos previos, pero no de sus liberaciones catárticas. Lo que pasa es que ahora buscaron nuevas maneras de dar golpes certeros a la mente y el espíritu, ofreciendo escaparates de la monotonía y la convencionalidad de la música mediante un nuevo enfoque de cadencia. Su voz a veces parece un susurro que evoca oraciones certeras que nos remueven algo en la conciencia, con historias de un mundo en decadencia y cuyos pecados colectivos pueden llegar a ser inconfesables.

Es Cowards su trabajo «diferente» hasta ahora, y seguramente uno de los más experimentales cuando su carrera se haya terminado. Por eso hoy podemos decir que tiene el potencial de convertirse en un parteaguas; mientras eso se confirme, tendrá por ahora la etiqueta de ambición y reinvención.

TRACKLIST:
  • Crispy Skin
  • Building 650
  • Blood on the Boulders
  • Fieldworks I
  • Fieldworks II
  • Cro-Magnon Man
  • Cowards
  • Showtime!
  • Well Met (Fingers Through the Fence)

Me suena a:

Black midi

Capitol

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