Con misticismo, tribalismo, misterio y seducción descomunal la banda sueca Goat vuelve a hacernos vibrar con la psicodelia más exótica y estrafalaria allá afuera, en su nuevo disco homónimo, colmado de riffs polirrítmicos e influencias orientales.

Algunos pensarán que su sonido es desquiciado, perturbador e inquietante, nosotros nos inclinamos más por describirlo como un trance de catarsis psicodélicos para la mente y el espíritu. El ritual se vuelve una celebración funk para el fuego interno que todo ser humano llevamos dentro. Estos nueve tracks son la chispa necesaria para encenderlo: