En estos días trascendió que Pink Floyd acaba de cerrar un acuerdo con Sony Music para vender todo su catálogo musical (con todos los derechos asociados, claro) por una estratosférica cantidad de 400 millones de dólares, ni más ni menos.
De acuerdo a los primeros reportes de la revista Variety, este acuerdo habría terminado con décadas de conflicto entre los miembros del grupo, pues como saben David Gilmour y Roger Waters no tenían la mejor relación que digamos, y mucho tenían que ver estos desacuerdos legales por las obras, el nombre y la imagen del grupo, mismos que ahora son propiedad de Sony.
Cabe señalar que los derechos de la composición son los únicos que la banda no habría cedido, ya que estos pertenecen a cada autor de manera individual.
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