Celebrando los sonidos espontáneos del ruido cuando se enciende con melodía, A Place to Bury Strangers han presentado su nuevo y cáustico álbum llamado Synthetizer, nombrado así en honor a una nueva «entidad» que Oliver Ackerman y compañía han creado como instrumento musical para darle vida a a estos diez tracks.

John y Sandra Fedowitz agregan ese espíritu de reinvención en el proyecto norteamericano, con ruido, óxido y crudeza de por medio. Así que no queda más que prepararnos para este viaje oscuro que inicia en el borde de un abismo y termina en un punto de inflexión en el que la cacofonía nos rasga la piel y despiertan lo oculto.

Este es el eco de un mundo angustiante y distorsionado: