No se dejen engañar por el título (ni su portada), este no es un álbum de amor típico, está lejos de la cursilería y de toda miel que amenace con embarrarse en los tímpanos.
El ascenso de Fontaines D.C. es asombroso. Parece muy lejano aquél 2019, año de su LP debut, pero es que han pasado tantas cosas desde entonces que parece que este grupo irlandés ha estado aquí siempre. Su carrera ha sido súper emocionante, llena de aciertos y también, como podemos constatar justo ahora, con giros y mutaciones importantes en su sonido a una temprana edad. Su nuevo disco de estudio, Romance, es prueba fiel de ello.
Producido por James Ford, este álbum de 11 tracks podría catalogarse (por los más exigentes) como su entrega más «pop» hasta ahora, aunque eso no significa que los chicos dejen esa brutalidad y crudeza que los caracteriza como agrupación, por eso mantienen ese mood agridulce cuando le cantan al amor y al pánico, con las poéticas letras de Grian Chatten que sigue con uno de los registros vocales más atractivos de la actual escena alternativa. Aun en la desesperanza de un mundo que perciben cada vez más complicado e incierto, encuentran la estela de los romances pasados y futuros para que los guíen por sendas que prometen destinos más luminosos.
No es tan accesible como su antecesor, Sinty Fia (Los Mejores 50 Álbumes de 2022), pero vaya que es uno de los más cautivadores a primera escucha en su catalogo. Rolas como «Here’s The Thing» y «Favourite», aunque muy separadas en el tracklist (de hecho la segunda es la que cierra el disco) tienen en común que son de las más enérgicas y con las melodías más simples de indie pop, con los trabajos de voz y guitarra salvando una ecuación que podría tornarse monótona después de varias reproducciones. Pero en capítulos como «Starburster» y «Sundowner» asumen más riesgos con sus percusiones en tonos trip-hop y, en el caso de la primera, con unos jadeos angustiantes de Chatten que parecen los de alguien sofocado de desesperación, mientras que la segunda tiene unos coros más suaves que se funden en la atmósfera más abisal de la producción.
Luego están los cortes más melodramáticos e introspectivos, tales como «Desire», semilenta balada que exhibe los pensamientos más eróticos y apasionantes de Chatten que canta de manera honesta en un mar instrumental denso pero muy elegantemente ejecutado. También «In The Modern World» tiene el mismo ambiente, aunque acá el tópico es una crítica desconsolada a los ámbitos más crueles del mundo capitalista bajo los efectos «anestésicos» de sustancias estupefacientes, mientras que «Motorcycle Boy», otro track de ecos y ritmos templados que guarda la enjundia para otro momento, deja que brillen las cuerdas electroacústicas que se escuchan tan bien atrás de los cantos sobrios. En esta la voz de Grian a veces suena mucho a Billy Corgan, por cierto.
Por eso creo que Romance es un álbum perfectamente balanceado, con los matices emocionales e instrumentales más diversos en el portafolio de esta soberbia banda. Además, a pesar de mostrar esos tonos claroscuros característicos y de sumergirse en aguas profundas de aflicción con dudas incómodas, Fontaines D.C. demuestra que también sabe divertirse a lo grande cuando decide expandir sus propios límites.
No se dejen engañar por el título (ni su portada), este no es un álbum de amor típico, está lejos de la cursilería y de toda miel que amenace con embarrarse en los tímpanos. Por el contrario, funciona como una lista sonora de diferentes declaraciones, sí, románticas en su estilo, pero también políticas y existenciales como manifiestos del alma. De paso, el joven quinteto no sacrifica potencia ni traiciona sus raíces sonoras, pues sigue exhibiendo sus mismas cualidades pero con un enfoque distinto, lo cual juega a su favor para sumarle un atributo más a la lista: versatilidad.
TRACKLIST:
Romance
Starbuster
Here’s The Thing
Desire
In The Modern World
Bug
Motorcycle Boy
Sundowner
Horseness Is The Whatness
Death Kink
Favourite
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