En nuestra nota especial La historia del Britpop en 6 capítulos, entramos de lleno a un apartado que denominamos «declive, resistencia y expansión», precisamente por allá a finales de los noventas, cuando las casas disqueras comenzaron a darle la espalda a los grupos britpoperos para darle entrada a una nueva camada de artistas del tipo girl bands o boy bands.
Sin duda, en esa época la que más destacó en el UK fue Spice Girls, que se colgó de ese furor nacionalista británico que habían ejercido pocos años antes bandas como Oasis, Blur, Pulp, Suede o Supergrass (por mencionar algunas), pero que sonoramente representaban todo lo opuesto. Y precisamente sobre esto no escatima en usar adjetivos el señor Thom Yorke, frontman de Radiohead (agrupación también vinculada al britpop en algún momento).
No soy fan su fan. Estoy de acuerdo con quien dijo que son porno suave. Son el Anticristo. No quiero tener nada que ver con esto y, si tuviera hijos, tampoco me gustaría que ellos tuvieran nada que ver con eso. Me mudaría a una isla donde no pudieras conseguir nada de las Spice Girls.
Estas palabras las dijo en una entrevista para la Rolling Stone por allá en 1997, precisamente año en el que estas chicas se encontraban en la cima del éxito, porque vendían millones de copias en todo el mundo y se escuchaban en la tele y la radio todo el tiempo. Por eso Yorke remató de la siguiente manera:
No encajamos en ese formato, eso es jodidamente obvio. No Doubt sí lo hace, pero nosotros no. (…) En las emisoras de rock alternativo, ¿qué está sucediendo? Simplemente no lo entiendo. ¿Qué canciones están reproduciendo? Me rendí. Ya no las escucho.
En el fondo no estaba tan errado nuestro buen amigo Thom. Basta con mirar cómo se desenvolvieron las carreras tanto de las Spice Girls como del propio Yorke. Lo de las primeras fue solo un boom comercial, pasajero y queda en el olvido. El segundo no ha dejado de crecer, siempre en la vanguardia y hasta la fecha activo sin dejar de innovar en la música y el arte.
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