East Forest, este proyecto independiente de música electró-acústica y experimental comandado por una sola mente, acaba de soltar hace poco su más reciente disco de larga duración: Burren.

Pero en esta ocasión, esta colección de 12 tracks que serenamente suenan adictivos, fueron formulados en un trabajo colaborativo, con Peter Broderick  uniéndose a la ecuación y culminando estas estructuras sonoras a distancia, con la condición previa de que no habría un concepto predestinado, ni un plan sonoro. Todo fluiría de forma natural.

De esta manera esta obra gira en torno al piano, guitarra, violón, percusiones programadas, voces íntimas y grabaciones ambientales de campo que forman un propio ecosistema musical. Al final, todo parte del folk con destino al trip-hop.