The Clientele no solo suena en tu reproductor sino también en tus propios recuerdos, en un rincón oscuro de tu corazón, donde los sentimientos recónditos e inocentes se desnudan para florecer. Su marca registrada se patenta a partir de influencias relucientes del pop de los sesentas, un rock suave de sótano de la misma década y este estilo barroco que abusa de orgánico en álbumes que siempre se caracterizan por su cohesión y madurez.
Esta banda proviene de Lóndres, Inglaterra y se formó a principios de los 90s. Nunca claudicaron a su eco rudimentario, apegándose a los fundamentos del vinilo y haciendo de su arte uno que pudiera pasar por un tesoro exótico que estuvo oculto durante mucho tiempo en un viejo baúl, esperando ser rescatado del polvo y la soledad. Bajo esta premisa, indudablemente tendríamos que esperar un choque de emociones conmovedoras con su propuesta, haciendo de la nostalgia por el pasado y el propio presente, la añoranza ante las ausencias y el enamoramiento de las almas especiales los tres pilares fundamentales de su lírica.
Desde su formación hasta los últimos días, el grupo ha tenido a siete integrantes que en distintas combinaciones han conformado su alineación, manteniendo a su fundador, Alasdair MacLean como mente maestra y líder eterno al frente. Su voz es, sin duda, otro de los sellos distintitos en esta música: oscura, sobria y hasta cierto punto sobria, susurrando con poca energía y mucho encanto al oído, detrás de las extraordinarias guitarras que siempre le acompañaron.
Por todo esto queremos rendirle un fugaz homenaje a esta bella banda que pintó el pop de un color distinto, y le dio una dimensión que, aunque no fue nueva, sí estaba apartada de las tendencias: bajo la superficie de día en la ciudad, y encima de ella de madrugada, cuando nadie observa. A través de estas nueve rolas lo vamos a sentir:
1. (I Want You) More than Ever
Suburban Light LP, 2000
Imagínense debutar en la escena indie con este tipo de canciones; seguramente muchos melómanos estudiosos habrían pensado que ya había kilómetros recorridos en estos chicos, lo cual por sí solo sería cautivador. Pero «(I Want You) More than Ever» fue tan solo el síntoma de esta emotiva dolencia por las melodías más melosas, la lírica romántica y ese timbre rudimentario que pintó a The Clientele como acto artístico tan natural y directo, como si de estar escuchando a una sofisticada banda en vivo se tratara, en tu propio sótano.
Había algo tan dulce y oscuro en esta propuesta que rápidamente se volvió objeto de colección para los fans del pop en su versión más alternativa.
2. The Violet Hour
The Violet Hour LP, 2003
Tres años después de aquella memorable carta de presentación, los londinenses regresaron con The Violet Hour, un álbum que los llevó a un nivel más alto en su estilo compositivo pero sin sacrificar su forma original; de esta manera seguían sonando orgánicos y sumamente intelectuales. Sus guitarras rasguñaban sutilmente la piel y luego acariciaban los tímpanos con sofisticados punteos, mientras que Alasdair MacLean parecía perderse en su propia sobriedad detrás del polvo de la ciudad.
3. (I Can’t Seem to) Make You Mine
Strange Geometry LP, 2005
Álbumes como Strange Geometry y rolas como esta perlita de balada son los que en su momento catalogaron constantemente a The Clientele como un relevo (más underground) de Belle and Sebastian. No se puede culpar a quienes así lo percibieron en su momento, pues ese estilo barroco del pop y la riquísima gama de instrumentos de cuerdas han hecho de los ingleses los sellos distintivos de su sonido, así como pasa con los escoceses liderados por Stuart Murdoch.
4. Winter on Victoria Street
God Save the Clientele LP, 2007
Conforme pasó el tiempo y se dieron los cambios de alineación, el grupo amplió su paleta de colores, y se puso a jugar con pedales steel y con experimentos en la técnica slide de sus guitarras, además de limpiar más su sonido, alcanzando un registro mucho más nítido (esto en realidad se fue dando progresivamente, disco tras disco). Además, en rolas como «Winter on Victoria Street» gozaron de alegóricos teclados, muy pintorescos, que le otorgaban mucho color a su sonido, distanciándolos de ese registro más melancólico y oscuro que les caracterizaba en sus inicios.
5. Paul Verlaine
Minotaur LP, 2010
Hablando de rolas más luminosas y optimistas en The Clientele, este homenaje sonoro al legendario poeta francés -que hizo de las metáforas y la alegoría sus máximos atributos- es uno de los ejemplares de los nuevos matices que para la segunda década del milenio eran más que obvios en su música. Si bien es cierto el mini álbum Minotaur no es uno de los más aclamados por la crítica ni los fans, entre su modesto set encontramos títulos que realmente valen la pena.
6. Everything You See Tonight is Different from Itself
Music for the Age of Miracles LP, 2017
En sus últimas grabaciones, notamos en The Clientele un coqueteo muy sutil o disimulado con la electrónica, apenas perceptible como lujos muy finos que adornan su típica instrumentación orgánica. En canciones como esta, parecían regresar a esas tonalidades más opacas de sus inicios, pero sin renunciar a los instrumentos de viento y la nitidez más pronunciada de su sonido. Podía decirse, entonces, que esta rola ejemplifica a la perfección la palabra equilibrio en el diccionario de la banda inglesa.
7. We Could Walk Together
Suburban Light LP, 2000
Regresamos a esos orígenes, al punto de ebullición sonora que aglomeró lo más básico de lo alternativo, los sentimientos de amor en un estado emocional decaído y a las nauseabundas luces de la ciudad que iluminan nuestra ruta sin destino por las madrugada. Con todo, hay chispazos de optimismo que los ocasionan esas puntiagudas guitarras que suenan como tijeras filosas que cortan la tensión, mientras la bruma opaca la voz que canta desde el fondo, aferrándose con pasión a ser escuchada por esa persona especial.
8. Porcelain
The Violet Hour LP, 2003
«Porcelain» debe ser la ocasión en la que mejor se conjugó la crudeza con la blandura en un eco, provocando una extraña -y tal vez adictiva- sensación agridulce en quien escucha, desprendida de esa refinadísima instrumentación que nuevamente se vistió de moléculas desaseadas que flotan en el sedoso aire, generando un efecto vintage en su timbre final, como si una aguja descuidada estuviera rayando un vinilo viejo. Un sonido soberbio, tal vez.
9. Tonight
Bonfires of the Heath LP, 2009
En cuanto comienza a sonar la primera nota de «Tonight» sabes que todo va a estar bien, no importa en qué encrucijada te encuentres, o si solo estás contemplando las siluetas de la calle moverse a través de tu ventana. Apenas llegamos a su primer verso y el mundo alrededor comienza a llenarse de esa luz que se refleja en los ojos más serenos, relajados y atentos por tan enternecedora melodía que alcanza a tocar suavemente el corazón, y que suena tan familiar -incluso al escucharse por primera vez- como si siempre hubiera estado ahí, en el aire, esperando a que alguien se apropiara de ella.
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