Una de las bandas consentidas de la escena alternativa australiana, Flyying Colours están de regreso y en muy buena forma, pues su recién estrenado disco nuevo suena brutal: You Never Know.
Para esta, su tercera producción de larga duración, los de Melbourne necesitaron tan solo de dos semanas para tenerlo todo bastante claro con su sonido, uno que pasa cristalino y etéreo en pasajes fantasmagóricos y de reverberación electrizante.
En comparación con sus entregas previas, esta obra parece mucho más reflexiva y madura; los brumosos lapsos instrumentales se conjugan a la perfección con esos sutiles golpes sónicos que afectan el vello de la piel. Todo surge y dura en el tiempo perfecto, como a fuego lento, pero sabe a brisa fresca.
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