Maestros en los tempos lentos y el minimalismo, Low ha sido una de las bandas más entrañables en la historia de la escena indie. Desde su formación a inicios de los 90s y pasando por sus primeros saltos al éxito (no precisamente a la fama comercial), las reinvenciones y el paso del tiempo hasta nuestros días, Alan Sparhawk y Mimi Parker siempre estuvieron un paso al frente y nunca, jamás se colgaron de alguna tendencia para trascender, encontrando siempre su lugar en el mundo, congeniando a través de las notas musicales.

Lo anterior no se debe a la química especial que existía entre estos dos, que estuvieron casados aun más tiempo del que hicieron música con esta banda. A ellos en el camino se les unieron diferentes cómplices que también dejaron su huella en un basto repertorio de 13 LPs, 10 EPs, tres directos y cualquier cantidad de singles (y sabemos que aún queda por ahí muchas cosas guardadas por escucharles). Algunos de estos compañeros de alineación fueron Zak Sally, Steve Garrington y Matt Lvingston, entre otros, pero siempre con Mimi y Alan al frente, dirigiendo la orquesta en una travesía de emociones bien profundas y conmovedoras que supieron poner en relieve sobre el slowcore y el indie rock, así como en la música experimental y electrónica en años más recientes.

Ahora que Mimi ha trascendido a otro plano, no sabemos con exactitud qué pasará con esta querida banda de Duluth, Minnesota, pero de algo estamos seguros: con el distinguido catalogo que nos han dejado ya no es necesario más, pues su legado es intocable y quedará ahí, registrado para la historia. Hay tanto que agradecerles a estos señores que de nuestra parte creemos que la mejor manera de rendirles un homenaje es recorriendo fugazmente algunos de sus mejores registros a lo largo de una carrera impecable. Así que vamos para allá:

 

1. Step

The Great Destroyer LP, 2005

Una de sus melodías más emotivas, además de que transmitieron en su clima un sentimiento muy íntimo por tratarse de la primera vez en que Alan y Mimi incorporaron la dulce voz de su pequeña hija (¿la alcanzan a escuchar muy en el fondo, casi detrás de sus padres?). Con todo y esa amalgama de componentes tan conmovedores, el sonido súper indie-rocker con sus atinadas descargas eléctricas está también súper presente. No descuidaron en ningún momento la esencia alternativa de estilo.

 

2. See-Through

Long Division LP, 1995

En los primeros registros de la banda podría decirse que había muy pocos que hicieran slowcore de este nivel. La forma en que juegan con la oscilación de los elementos instrumentales, ese mecimiento emocional y el aparente cambio constante en la densidad de su atmósfera mientras Mimi nos va seduciendo en un cuarto oscuro (o al menos así pareciera) es algo tan intenso y profundo que puede dejar a cualquier escucha en un estado vulnerable. A nosotros así nos ocurre.

 

3. July

Things We Lost in the Fire LP, 2001

Para julio, agosto, septiembre, noviembre, octubre… Y así, como dice la canción, mientras nosotros seguimos esperando a despertar de un sueño en el que acariciamos sutilmente el desconsuelo. Pero de alguna forma, el track también resulta algo acogedor y paradójicamente el tiempo que pasamos en el trance también tiene su lado placentero, por lo que podemos decir -emocionalmente hablando- que esta es una de las composiciones más maravillosamente contradictorias que la banda alcanzó a registrar.

 

4. Witches

C’Mon LP, 2011

Como jalando de una cuerda entre su slowcore original y el indie-rock que los fue consumiendo cada vez más notablemente en el nuevo milenio, en 2011 Low lanzó uno de sus discos más sólidos en años, dando un golpe de autoridad fuerte en la escena que gritaba el siguiente mensaje: seguían vigentes (y sin saberlo muchos aún, a punto de un cambio más drástico todavía). Esta rola es una de las que mejor representa este álbum sonoramente hablando, con unos solos de guitarra que además de rasgar los tímpanos penetran por cada poro de tu piel para remover cosas ahí dentro.

 

5. Landslide

Ones and Sixes LP, 2015

Vamos a darnos un agasajo de ráfagas cinemáticas con Landslide, uno de sus temas más teatrales y progresivos. Les decíamos que después del C’Mon, Low fue experimentando aun más drásticamente en su música y Ones and Sixes los mostró más vanguardistas. Casi al final de este discazo, cerca del cierre se guardaron esta titánica construcción que innovó una faceta en ellos y, sin embargo, los hizo sonar como amos y maestros de un nuevo juego que apenas habían inventado. Una canción de tintes progresivos y desafiante en todo sentido.

 

6. Murderer

Drums and Guns LP, 2007

Oscura y minimalista, además de introspectiva. El ruido se vuelve melodía y la calma se torna confusa por instantes. Esta es una de esas composiciones en las que la dualidad de emociones e ideas es su fuerte, su mejor arma contra la monotonía y lo convencional. Además, cuenta con una de sus mejores líricas, con frases que llegan a erizar la piel.

 

7. More

HEY WHAT, LP 2021

Del último disco que Mimi y Alan grabaron y editaron juntos, y sin duda el más estrafalario de todos en su catalogo. Este es un track estridente y ridículamente bueno, ejecutado en una frecuencia minimalista de forma magistral. Así como aquí, en el disco en general suenan a nada ni nadie, como si hubieran firmado una nueva patente. ¿Se imaginan? A casi 30 años de haberlo iniciado todo tuvieron otra reinvención. Este festín de sintetizadores genera tantos códigos de cargas eléctricas tan agresivas y discordantes que algunos tímpanos podrían salir huyendo apenas suene la primera nota.

 

8. Lies

Ones and Sixes LP, 2015

Lies es una de sus baladas más entrañables. La voz de Mimi suena tan humana, tan cercana… La producción es tan perfectamente calculada que genera en su resonancia una sensación extraña que parece generarse en medio de lo procesado y lo rudimentario, como encontrando su enfoque orgánico sin dejar de explotar elementos electrónicos a favor. Cuando salió su video, las emociones se elevaron aun más, pues la historia de choque y aislamiento cultural que ahí se expone encaja desde una cosmovisión distinta en esta apasionante letra.

 

9. Lullaby

I Could Live in Hope LP, 1994

De esas canciones que no quieres que terminen nunca… Es como si después de esto solo existiera el vacío, el silencio, la nada, porque parece que de ahí Alan y Mimi compusieron una de los temas más profundos y maravillosos que el género slowcore ha registrado, en una época en la que grupos como Red House Painters, Duster o Galaxie 500 parecían dominar la escena, hasta que llegó este tesoro. La voz es como un lamento que irónicamente te abraza para sanar heridas en el eco del olvido, antes de que en el cierre las guitarras se enmarañen con la propia atmósfera fría y desolada de un lugar inhóspito, como hablando por sí solas con el sonido eléctrico de la melancolía.

Descansa en paz, Mimi.