Un álbum claro, luminoso y medianamente experimental nos brinda Alex G con God Save the Animals; una odisea electroacústica de 13 paradas en las que las voces andróginas y energías espirituales nos abrazarán.

Este es un trabajo altamente emocional que de alguna manera transmite quietud y pureza, sin necesidad de altos decibeles. Es como una mirada al interior de los habitantes del mundo animal, desde lo más bajo y lejano a nosotros en la cadena alimenticia. Por eso es noble e inocente también: