Conectarse con el pasado y no soltarlo ni aunque viajes a toda velocidad, ni aunque el éxodo sea agitado o a través de nubes turbias pero, de alguna manera, sigues avanzando sin tener que mirar atrás, encaminado hacia el horizonte más distante y frío con la esperanza por delante: Es lo que hace Home Front; así suena esta banda que salió de quién sabe dónde pero que nos llevan con ellos mientras sacuden nuestras emociones de manera especial.
Estos cuates gozan de una personalidad sonora indiscutible. Nos elevan en synthpop, nos sumergen en el post-punk y luego nos mecen en las hamacas sonoras frescas del new wave de resonancia retro, agitando sus percusiones al ritmo de un corazón danzante de jubilo y por cierta nostalgia por el presente pero también por el pasado. Y, en general, el sentimiento es romántico. Imaginen toda esa mezcla de emociones en un proyecto musical. Es algo que no nos vamos a encontrar todos los años.
Lo pondremos así: cuando las cosas estén confusas o te encuentres metido en un embrollo de dimensiones desproporcionadas, piensa en este grupazo como una terapia que te hará caer en cuenta que todo va a estar bien. Es como terapia sanadora que solo surge efecto en lo subterráneo, en lo recóndito del lugar más arcano al que querrás introducirte. Cada sesión es como un himno contra la derrota.
¿Verdad que ya eres fan incluso antes de terminar de leer esta nota? A nosotros nos bastaron apenas dos rolas para hacer clic, para conectarnos con estos canadienses y pensar en todas las glorias que puedan seguir entregándonos en el futuro próximo. Debemos estar al pendiente, debemos cruzar los dedos para que esta bocanada de aire fresco que viene desde atrás no sea solo un instante breve en nuestra historia musical.
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