Eran las vísperas de la segunda mitad de los ochentas, no explotaba del todo la legendaria movida madrileña pero al menos ya se gestaban sus primeros rastros y una nueva expresión artística-cultural comenzaba a notarse. Y justamente grupos como La Unión fueron los que le dieron ese impulso necesario para que así transcurriera, además de fungir como los referentes más inmediatos para las nuevas bandas de la región que, junto a esos artistas ya consagrados (o en vías de estarlo), le dieron a España una de sus eras más gloriosas en cuanto a la música alternativa se refiere.
El cuarteto de Madrid se presentó al mundo en el ’84, cuando Rafa Sánchez, Luis Bolín, Mario Martínez e Íñigo Zabala lanzaron su primer elepé llamado Mil Siluetas, editado con WEA Records (hoy conocida como Warner Music). El éxito fue inmediato y se vio reflejado en las listas y primeras preferencias del público. Era la influencia del eco anglosajón, los tintes frescos y accesibles del new wave y esa cierta afinidad por el post-punk lo que les hizo a estos chicos posicionarse rápidamente como una banda «diferente» para su país en esa época, aunque no era la única que reunía estos elementos, claro está. Además, diversas referencias cinematográficas y literarias, principalmente de fantasía y mitología, se convirtieron rápidamente en sello distintivo de sus letras, lo que generó un vínculo aún más fuerte con sus fans clavados en estos géneros.
Precisamente fue «Lobo-Hombre en París», primer single oficial de la producción (y por ende el primerísimo que la banda lanzó oficialmente), su máxima patente comercial, que surgió de la inspiración de una historia escrita entre los años 1945 y 1952 por el autor francés Boris Vian. Este cuento trata sobre Denis, un hombre-lobo de pelaje negro y grandes ojos rojos que se divertía de lo más lindo asustando a las parejas de enamorados que salían a contemplar la noche en París, con la luna llena iluminando sus románticos escenarios urbanos. Este temerario ser además admiraba al ser humano, no precisamente como un enorme bocado sino como un modelo a seguir, es decir: Denis quería dejar de ser parte lobo para convertirse totalmente en hombre. Con este anhelo también caminaba por las calles de madrugada para recolectar objetos que las personas extraviaban como joyas, relojes o libros, entre otros.
Pero fue en una noche, mientras espiaba a los artífices del amor en turno, que un mago lo descubre y lo alcanza para morderlo, perpetuándole un hechizo con el que, a partir de ese momento, Denis deja de ser el mismo. Así, para su aparente buena fortuna cada que había luna llena su deseo de convertirse en hombre se le concedía, y era en esas oportunidades cuando salía a cotejar a mujeres con las que pasaba la noche, pero no todo sale conforme lo planeado… Un día, después de verse involucrado en una riña de la que sale gravemente herido, descubre que cada que vuelve a su condición de lobo queda condenado con lesiones humanas, lo cual lo hace escapar de la ciudad y reflexionar sobre el peso y verdadero significado de ser un hombre.
Sorprendido espiando
El lobo escapa aullando
Y es mordido
Por el mago del siam
La rola salió con su videoclip oficial a blanco y negro. En él se recrearon espacios urbanos bajo el cielo nocturno de París como si transcurrieran los años 1940 (tratando de emular algunas escenas del clásico filme Casablanca). El protagonista es el frontman Rafa Sánchez, quien camina por las oscuras calles francesas con rumbo a callejones sin salida, donde esperan bares en los que reina la perdición y habitaciones de moteles en las que el erotismo y las pasiones se encienden. Y mientras escuchamos la lírica, las imágenes nos van contando una letra que tiene cada vez más sentido.
Pero ya saben, con clásicos de esta magnitud (el single llegó a colocarse en el #1 de Billborad en España y el álbum fue disco de oro) suelen ventilarse diversas interpretaciones de su mensaje, y por eso hay fans más clavados que han sugerido una lectura con un significado no tan literal como uno pensaría, pues proponen que la letra más bien se refiere a una persona transexual que se dedica a la prostitución (esto tendría sentido cuando la letra reza «algunos francos cobra Denis»). Incluso el propio Rafa Sánchez alguna vez dijo en una entrevista que notó que en Latinoamérica la gente adoptaba más esta versión, lo cual le pareció divertido e interesante, ya que eso suscitaba mucho morbo (nunca desmintió la versión, por cierto).
Como quiera que sea, estamos hablando de un clásico atemporal. Es parte de los primeros vestigios del post-punk en español y uno de los primeros frutos comerciales de las influencias del new wave en los países de habla hispana. Con esta melodía, La Unión selló su nombre con letras de oro en la historia de la música alternativa para siempre y nosotros todavía seguimos aullando de terror y placer como Denis, cada vez que ese clásico piano suena por primera vez, justo antes de que la penetrante línea de bajo nos remueve las fibras al ritmo de la sangre que corre fría por las venas.
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