Lucy Kruger & The Lost Boys ya lanzó su nuevo disco de estudio, la parte final de una serie de tres títulos. Esta consumación se llama Teen Tapes (for performing your own stunts). Y en la ecuación humana aparecen Liú Mottes, Andreas Miranda y Martin Perret, junto a Lucy, claro.

Apelando al minimalismo del avant-garde psicodélico, del darkwave y el folk electrónico, este set de 10 rolas que parecen más bien confesiones de una alma desquebrajada y una tormentosa mente, pretende la sanación a través de la búsqueda por una realidades distintas. Con voces susurradas, casi debilitadas se transmiten historias de amor, confusión y desesperación.

Este es un álbum que puede abrazar con la misma fuerza y calidez a los fans del darkwave como a los del pop de vanguardia. Imaginen una charla emotiva entre la dupla Boy Harsher y Anika, con Cate Le Bon escuchando a lo lejos. Una atractiva sensación derivada de múltiples texturas y esa dualidad constante de luz-sombra crearán una sutil atmósfera como escenario ideal para mantenernos a salvo mientras estos sortilegios con cadencia siguen resonando entre paredes.