Concord Records, 2022

Calificación

Siendo una de las bandas más preciadas del synthpop/new wave de los ochentas, y con un vacío discográfico de más de 17 años el regreso de Tears for Fears no era cualquier cosa, desde el punto de vista que se vea: de los fans, los no tan fans y de la escena musical pop en general. No sabemos si el motivo principal de este regreso haya sido la búsqueda por una reivindicación después de tanto tiempo, o si el aislamiento de la pandemia haya influido creativamente para sacar a flote una colección de 10 tracks que ameritaran una edición profesional, o alguna otra razón en medio de las pérdidas y los renacimientos espirituales (más adelante lo explicaré a detalle); pero lo que sí entendemos es que The Tipping Point era un trabajo que debía salir tarde o temprano porque está mostrando a la banda tan fresca y renovada que puede significar más una resurrección artística.

Si vienen aquí por cortes nostálgicos los encontrarán. Si buscan modernidad también la hay. Los británicos construyeron un columpio bien sólido para soportar un disco esbelto y compacto que se mece de lo acústico a lo electrónico, con mucha luminiscencia de por medio. Canciones como la progresiva «No Small Thing» nos remontan a los TFF más románticos y cristalinos, más aun en la balada «Rivers of Mercy» que es más que atractiva para las radioemisoras. Ciertamente no son temas que están revolucionando el pop ni mucho menos, pero es que nadie se los está exigiendo a estas alturas. Más bien, son tracks que aseguran frecuencias digeribles y apuestan al trabajo de producción para matizar un sonido que toca lo etéreo.

El sencillo que da nombre al elepé es, creo yo, por mucho lo más destacable aquí. Se traduce emocionalmente en un encuentro interesante de pasado y presente en el grupo. Hay algo de sus primeros trabajos -sobre todo en los timbres vocales de Roland Orzabal y Curt Smith, y en esa programación de beats- que nos remonta a los ochenta pero con una nave más vigente y sofisticada. «Long, Long, Long Time» también nos hace guiño hacia el pasado pero más por su letra que reflexiona sobre el paso del tiempo, sobre cómo los años van forjando de una u otra manera a las personas y sus personalidades. Y por otro lado, ya en un tono más frenético aparece «My Demons» que también habla sobre la comparativa entre el ayer y el hoy; ¿cuál es mejor? Quizá mientras bailamos lo descifraremos.

La balada de piano protagonista llamada «Please Be Happy» está dedicada a la esposa de Roland que murió en 2017 después de pasar por un trágico episodio de depresión. Pero luego las baterías se recargan en «Master Plan» y «End of Night» que coquetean con un estilo rock-pop de colores mucho más optimistas. Esto representaría una especie de renacimiento del propio Orzabal después del luto y de que, un año después de haber enviudado (2018) sufriera una enfermedad que le hizo creer que no la vencería, lo que le motivó a contactar a su viejo compañero Curt para decirle, entre otras cosas, que podía quedarse con sus instrumentos musicales en caso de fallecer.

Aquella llamada terminó luego en un encuentro y más tarde en la planeación de este disco. Por eso, The Tipping Point es un álbum que deambula entre la muerte, las enfermedades, las separaciones, los reencuentros y el amor por la música. Entre todos esos puntos surgieron otros alicientes como la nostalgia y la melancolía que hicieron que la agrupación regresara más fuerte después de tantas pruebas de dolor. Hoy podemos decir que Tears for Fears abre de manera adecuada un nuevo capítulo en su historia. También, si ellos quisieran, podrían hacerlo funcionar como una clausura tardía porque también hay que saber retirarse en buena forma. Ya veremos en un par de años qué fue.

 

TRACKLIST:
  • No Small Thing
  • The Tipping Point
  • Long, Long, Long Time
  • Break The Man
  • My Demons
  • Rivers of Mercy
  • Please Be Happy
  • Master Plan
  • End of Night
  • Stay

 

Me suena a:

Soft Cell

Duran Duran

Picture One

 

 

A bailar con «Becoming Undone», el nuevo álbum metálico-industrial de ADULT.


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