Cuando Reptaliens se dio a conocer hace pocos años tenían un estilo muy marcado en su digerible synthpop que intermediaba su instrumentación más electrónica con guitarras bien cristalinas y una voz más aterrizada, tomando en cuenta la propuesta conceptual de sus dos primeros álbumes, FM-2030 (2017) y Valis (2019), que abordaba la ciencia ficción, los contactos del tercer tipo y los poderes ocultos de la mente. Por eso es de destacar que ahora, para su tercer elepé el matrimonio conformado por Cole y Bambi Browning hayan decidido dar un giro velado en su sonido.
Y es que Multiverse es más orgánico, si cabe la expresión. Ya no estaríamos seguros de denominar esta música como synthpop, de hecho, tiene un toque más alternative que coloca a los de Portland en la label del indie-pop. Algo debió pasar por sus mentes y sus intenciones durante el aislamiento por la pandemia, ya que fue el periodo en el que trabajaron arduamente en este decálogo de finísimas guitarras y opulentas melodías que rápidamente se clavan en el inconsciente; porque el cambio es palpable. En ese sentido y dadas las circunstancias, este es el primer disco de Reptaliens en el que trabajan como dúo (como se mira en la portada), sin la incorporación de ningún otro músico en la alineación, por eso podríamos decir también que es su LP más íntimo y, digamos, más apegado a la esencia natural de este par de músicos.
Aunque rolas como «Like a Dog» tienen líneas alucinantes como «LSD, come to me» y la humedecida «Take It» tiene un estilo bien pop en sus tempos, la resonancia en general es más pura y desconectada que antes… más realista. Por otro lado, en momentos como «Go Away» o «Someone I Know» aflora el dreampop que los pondría en la misma conversación de bandas como Beach House o Chromatics, por ejemplo; aunque la canción que cierra, «Jump» recordaría un poco los primeros pasos sobre bases sintéticas en su carrera.
Luego, «I Can’t Hide» exhibe la vena más alt-rock noventera que tiene la banda, y aun así ese espíritu experimental se apodera del track, así como inspira algunos riesgos discretos en todo el álbum. Esto se refuerza con las letras extraordinarias y los filtros psicodélicos de esas cuerdas que se convierten, junto a la voz de Bambi, en las piezas medulares de esta proposición artística.
Reptaliens creó su propio «multiverso» en donde no todo debe ser comprensible a primera escucha pero sí disfrutable. Hay enigmas líricos que se formulan a través de una instrumentación mucho más compleja que hará aun más difícil su total empatía, sin embargo, este es uno de esos discos donde se compagina cada elemento en un todo que no precisamente necesita ser descifrado por separado. En los términos del indie pop o del dream-pop, sin duda estamos hablando de una obra refinada, incluso elegante que puedo apostar va a flechar a varios seguidores de Victoria Legrand y Alex Scally.
Tradklist:
I Feel Fine
Like a Dog
In Your Backyard
Take It
Don’t Wait for Me
Do You Know You Are Sleepping?
Go Away
Someone I Know
I Can’t Hide
Jump
Me suena a:
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