Sargent House

2021


Platicando con los compas más adeptos y elders de la escena shoegaze del nuevo milenio, además de uno que otro curioso, hemos llegado a varias conclusiones acerca de Deafheaven: 1) que ya le bajaron a las revoluciones de su blackgaze, 2) que ya caen redonditos en su propio meme claroscuro de la película The Breakfast Club y 3) que su nuevo álbum, Infinite Granite, es una joyita antinatural de su propia estética.

Yo mismo me considero un “iniciado” en varias bandas y movimientos del shoegaze, pero he de aceptar que este grupo es un caso especial porque no entramos de lleno a una parte convencional ni purista del género. Llámese nugaze, post-black metal o cualquier otro concepto neo-metalero, los de San Francisco tienen ese privilegio de ser, al igual que otras bandas como Whirr o Nothing, la definición de su propia música. Situándose en una periferia de experimentaciones que rondan lo agresivo, lo paulatino y, sobre todo, lo catártico, Deafheaven es uno de esos hitos históricos de la música contemporánea y un agregado casi obligatorio para los fans más aguerridos de las corrosiones post-shoegaze de instrumentos y ritmos entrecortados.

Sí, a todo mundo nos encanta ese mítico y tétrico álbum del 2013 titulado Sunbather, en donde ya veíamos esa piel entumecida y agridulce de la banda; sin embargo, algo no termina de cuadrar en este nuevo material de estudio, diacrónicamente hablando. A mí me late el shoegaze clasicón y melodramático, y que Deafheaven haya sacado un álbum de este “tipo” sí que es algo inusual, pero no por eso debemos hacerle el feo. Todo lo contrario, es una obra que irremediablemente se cuela entre tus huesos y te corroe hasta un punto de alegría inexplicable. Digo, tampoco es que la banda no haya hecho esto antes (ahí están varios momentos del Roads To Judah del 2011), pero aquí se siente más grande y magnífico.

Siempre he pensado que la mejor forma de enfocarnos y conceptualizar un álbum es checar primero qué es lo que la gente dice de él por diversos lados. A mí me encanta leer los comentarios de YouTube porque la comunidad es una masa erudita para encontrar puntos muy interesantes sobre una obra, y con esta banda no es la excepción. Este LP representa para muchos una progresión, una potencia sónica o una dirección, y yo no podría estar más de acuerdo. Es como cuando te dan un regalo inesperado: hay cosas mágicas que se desprenden de la incertidumbre y que te dejan satisfecho por un largo rato. Infinite Granite es eso: un regalo. Por otro lado, describir cómo es su sonido es ambiguo porque responde a diversas emociones y situaciones que tienen que experimentarse por uno mismo. Pero qué va, hay que ponernos algo técnicos. Ya no estamos ante un “simple” shoegaze combinado con guitarrazos blackgaze y ritmos agresivos del black metal, sino que entramos a un escenario de madurez indudable, con breves toques de armonía dreamgaze que le van increíblemente bien al concepto que la agrupación maneja para sí misma de ahora en adelante.

Ni tan técnicos… pero lo único que deben de saber antes de darle play a este disco es que se vuelve altamente adictivo a través de su propia alma, rebasando los terrenos del shoegazing convencional y entrando a un paisaje incorpóreo donde cada rola habla por sí misma. Deafheaven desarrolló un dreamgaze tan único y tan potente que te deja pensando si en verdad te estás chutando a esta banda. Su construcción, su progresión y su mood es tan diferente al resto de su discografía que se siente como un aire fresco y renovado para su ya de por sí exuberante y magnífico sonido.

Si bien lo que hacen otros grupos es simplemente aumentar y expandir el camino de su sonido, a estos californianos les valió madre; cambiaron totalmente la orientación de su música y lograron lo que pocos: un experimento bien calibrado, inmersivo y apoteósico en sus diferentes manifestaciones. Desde su primera rola, «Shellstar», intuimos que esto va a ser un trip totalmente diferente y qué mejor que someterse por las oraciones melosas, las guitarras reverberadas, los bajeos desaprensivos y los ritmos profundos que sintiéndote parte de la marea celeste y dejarte llevar.

Para los fans más puristas lo anterior podría ser una aberración, pero qué más da. Cambiamos gritos del screamo por pausas etéreas y reiteraciones masivas por destellos hipnóticos, y qué chingón suena. Todavía hay reminiscencias de ese “viejo” Deafheaven en rolas como «The Gnashng»«Neptune Raining Diamonds» o «Mombasa», sin embargo, sí se siente el cambio. Y mo es para asustarnos, este es un gran álbum y hay para todos los gustos. Si les late el relajo del post-hardcore y el kittencore tanto como a mí, pero también el shoegaze más enternecedor, abrumante y desproporcionado, esta producción les va a encantar. Creo que nos hace revalorar cómo debe ser el camino de un artista: una evolución constante guiada hacia horizontes inexplorados, arcanos y bellos a su manera.

Dense una oportunidad para conocer uno de los álbumes más ambiciosos y, debo repetirlo, maduros de una de las bandas top de la lista post-todo del shoegaze. Deafheaven ya era un gigante y ahora lo será más gracias a Infinite Granite. Estoy casi seguro que este trabajo va a dar de qué hablar por un buen rato así que todavía hay tiempo para caer en él. La neta, honor a quien honor merece. Seguramente a más de uno le va a dar una agradable sorpresa y un golpe de suerte para conectar con la diversidad y multidisciplina que sólo el shoegaze y sus subgéneros podrían lograr.

Tracklist:
  1. Shellstar
  2. In Blur
  3. Great Mass of Color
  4. Neptune Raining Diamonds
  5. Lament for Wasps
  6. Villain
  7. The Gnashing
  8. Other Language
  9. Mombasa

Me suena a:

Nothing

Whirr

Alcest