Hace unos días Throwing Muses lanzaron oficialmente su nuevo disco de estudio, el primero en poco más de siete años. Y Sun Racket la está rompiendo entre sus fans y la crítica, pues al parecer la espera les han rendido frutos más que buenos a la longeva banda estadounidense.
Con la electricidad robusta, la energía exhibida en cada nota y el sentido melódico por delante, este disco se siente conciso a través de sus 10 tracks. Lo mejor es que también tiene equilibrio, ya que el grupo no escatima en volver a exhibir su versatilidad con la construcción de inteligentes y sólidas baladas, las cuales llegan como paradas de respiro para eliminar cualquier riesgo de caer en la monotonía sonora. Y al voz de Kristin Hersh tan sensual y adictiva como siempre.
El trabajo de guitarra es simplemente espectacular; inteligente y audaz como suenan los demás instrumentos (la bataca tiene un timbre muy peculiar). En cuanto al clima, hay tensión y drama en el aire, y se mantiene al escucha en expectativa sin desborde alguno. Canciones como «Bywater» y «Maria Laguna» son ejemplos dignos de esta premisa, y posan a la banda con madurez y mucho, muchísimo estilo. Otros tracks soberbios como «Upstairs Dan» o «St. Charles» dejan salir su vena más punk y alternativa, con irreverencia sofisticada. El trabajo de producción en ambos extremos es impecable. Además, se les siente libres, sin presiones ni metas por perseguir. En ese sentido no hay nada mejor como una banda con colmillo retorcido que no tiene interés alguno en demostrarle nada a nadie, para en cambio dejar volar su creatividad y componer a placer. Pocos logran un resultado así de chingón.
Pasen ustedes, entonces, a escuchar uno de los mejores álbumes rockers y alternativos del año. Bravísimo.
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