Sin pretenciones ni alardear mucho en la red, Animal Ghosts lleva un par de años esparciendo el ruido más emotivo que han escuchado recientemente en algunos rincones donde los melómanos fans del shoegaze se encuentran. No podemos darles mucha información como semblanza del grupo porque no la hay ni en sus redes sociales (ni foto de sus miembros… ¿o miembro?). Así que nos enfocaremos en su sonido, que basta con eso.
Su segundo álbum de larga duración, Wane es maravilloso, súper emotivo, sentimental, estrambótico y sucio. ¿Se dan cuenta? Puros calificativos que van como anillos a los dedos de los fans más nostálgicos del género. Además, una sofocada voz cantando suavemente desde atrás del fuzz, como cansada, agonizante, fantasmal si quieren. Y así en 14 tracks. Ninguno sobra. Todo un pedregoso camino el que te invitan a caminar lentamente y con los ojos cerrados.
La intensidad sonora es alta, pero nunca se siente a una agrupación agresiva, mucho menos saturada. El control de las emociones no se desborda jamás, y hasta suenan románticos entre el abatimiento y el desconsuelo. La melancolía podría asomarse tímidamente también. Busquen referencias en Astrobrite o Fleeting Joys y entenderán parte del origen de estas ondas sonoras. Puro ruido y sentimiento del mero bueno. Discazo.
Cliff Barnes lanzó su tercer LP en 2020 con el ensordecedor shoegaze de Animal Ghost: «Wail»
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