10. «Roamer» de Avery Tare
Eucalyptus es un disco denso lleno de melodías dispersas, densas, llenas de pasajes soñadores y lerdos, sin embargo dentro de esas 15 pistas, «Roamer» emerge como una de las canciones vigorosas y energéticas. La composición tiene una base rítmica hipnótica, llena de capas fluidas que son resultado de elementos musicales rudimentarios como guitarras acústicas, tambores y bajo, dejando de lado cualquier elemento electrónico, logrando así una melodía ostensiblemente orgánica.
9. «For What It’s Worth» de Liam Gallagher
Liam lo hace una vez más; repite las mismas fórmulas que le han funcionado ¿y por qué debería de importarle? La dosis perfecta de rasgueo acústico incesante, cuerda de piano, orquesta y una guitarra eléctrica que irumpe con riffs bien estructurados. Letras rancas y honestos (con un toque de arrogancia) que desnudan el estado emocional de Gallagher. ¿Suena familiar? Con esto que claro que Liam nunca será un innovador, sin embargo el ex vocalista de Oasis tiene todo lo que miles de innovadores mueren por tener: la calidad de convertir lo insignificante en trascendental.
8. «Always Sad» de The Jesus and Mary Chain
Lo curioso de «Always Sad» es que podría haber sido grabada en el mileno pasado. Y casi dos décadas después de su último lanzamiento, nos encontramos con la misma mezcla agridulce: guitarras oscuras y ternura melódica complementan el intercambio de voces entre Jim y la actual pareja de William, Bernadette Denning. Si bien el single inicial de la banda no es lo suficiente caótico como Psychocandy o lo minimal de Darklands, es un track balanceado que deja destellos de la esencia de lo buenos que son estos escoceses.
7. «Avalon» de Foxygen
«Avalon» es (como la mayoría de las composiciones de Foxygen) una mezcla ecléctica de instrumentos, ritmos y géneros. El track en sí es una composición barroca de pop, burlesque, glam rock que evoca a Elton John, Bowie e indudablemente (y descaradamente) a «Waterloo» de ABBA. El resultado de esta amalgama de influencias y estilos musicales combinado con una esencia teatral dan como resultado una canción amigable al oído y perfecta para el disfrute.
6. «Another Weekend» de Ariel Pink
Dedicated to Bobby Jameson, LP
Esta es una canción inusual en el catálogo de Ariel, ya que si bien traza similitudes con su trabajo anterior la composición resulta mucho menos extravagante, rayando en lo que se podría considerar aburrido o común. Sin embargo «Another Weekend» sorprende por su honestidad. Es una confesión desnuda complementada por un rasgueo suave de guitarra y voz abatida de fondo que enmarcan la debacle personal por la cual Pink atraviesa.
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5. «No 1 Else» de Doorbells
La segunda canción del EP Distance es una contaminación sonora, abrasiva y cruda; una continúa pelea entre lo ruidoso y un agudo sentido melódico que la convierte en una composición donde la depravación y la dulzura se entrelazan. Si bien «No 1 Else» es un track que presenta estructura de música noise, en esencia es un cancion pop, no la que pondrías en una típica velada romántica sino una que rinde homenaje a un lado más oscuro y depresivo del amor.
4. «Christmas on Earth» de Marching Church
Esta canción la agregue un día antes de escribir esto. Mi lista estaba definida, sin embargo no tenía contemplado este golpe proporcionado por Elias Rønnenfelt, el cual aparentemente tiene un hechizo musical en mí. “Christmas on Earth” es un lío gigantesco, deslumbrante y fascinante; una extensión de la vehemente frustración de las composiciones previas de la banda. La voz de Elias sumado a la exquisita instrumentación da un track navideño que parece haber sido creado por músicos en un profundo estado de psicosis.
3. «Fool’s Errand» de Fleet Foxes
«Fool’s Errand» trae de vuelta el icónico folk rock de Fleet Foxes. Intrincadas vocales, letras introspectivas, bellas armonías, un sinfín de instrumentos en capas que proporcionan una atmósfera luminosa y cálida. Bien pudo haber sido escrita e interpretada en la época medieval. Con esta canción, se puede describir a Pecknard y su banda como artesanos que fieles a las técnicas tradicionales logrando la reconstrucción perfecta de sonidos de antaño. Demuestran que su estética no es un esfuerzo intelectual sino uno puramente emocional.
2. «Duckworth» de Kendrick Lamar
DAMN, LP
Como la mayoría de las canciones en DAMN, «Duckworth» es sumamente introspectiva. Como un buen narrador, Lamar desarrolla la canción final del álbum alrededor de una profunda reflexión entre las acciones y las repercusiones de estas, y como pueden alterar el destino. Si bien es consciente que la existencia de acción humana implica incertidumbre, Kendrick entiende que sus acciones son las que forjan su destino: “It was always me versus the world, until I found it’s me versus me”. Durante toda la canción medita, cuestiona los hechos de su vida y el porqué de todo, sin embargo, al final del día se rinde y encuentra consuelo en la fe, cuando parafrasea a 1 Timoteo 6:7-10 “What happens on earth, stays on earth”. Dejando claro que todas las acciones en tierra no trascienden este plano. Todo es pasajero.
1. «Man of Oil» de Animal Collective
A finales de la década pasada, Animal Collective emprendió un camino orientado a la instrumentación electrónica, deleitándose en ella en cada una de sus producciones. “Man of Oil” es una grata sorpresa ya que la banda regresa a sus inicios comprendidos de estructuras pacientemente estimuladas y en gran parte improvisadas. La melodía se desarrolla a través de sonidos atmosféricos selváticos que se repiten incesantemente en un sin número de ciclos que paulatinamente te hipnotizan y se pierde la noción del tiempo.
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