Enfermos de amor, aficionados de la oscuridad pero siempre sedientos de luz; cuidadosos con los detalles, genios de las percusiones y, sobre todo, alquimistas del shoegaze y el post-punk en laboratorios pop. Es como si en The Prids pudieras conjugar lo mejor y más inquietante de The Cure, Kitchens of Distinction y My Bloody Valentine. Y lo mejor de todo: sonando originales a pesar de no estar inventando nada.
Las canciones que dan vida a su nuevo álbum, Do I Look Like I’m in Love? son todas manifestaciones de arqueología musical eficaz. Cada título es un renglón sin mancha en una historia sonora que va escribiéndose sobre material orgánico pero con una energía eléctrica que tiene el potencial de afectar los átomos de un universo finito. Tiene fascinación por lo infernal y lo celestial por igual, a pesar de levitar casi todo el tiempo en planos terrenales.
Desde luego que, como en todo disco, hay momentos más memorables que otros. Pero rara vez -y celebramos cuando esto ocurre- encontramos que las canciones «menos buenas» podrían ser protagonistas en cualquier otra producción de otra banda. Hablamos aquí quizás de un todo en el que cada pieza está en su lugar y funciona bien. «Summer Cult», por ejemplo, está hecha con ecos de los 80s en su atmósfera, de los 90s en sus orgánicas baterías y sus alternativos arpegios, y del nuevo milenio en sus barbitúricas voces. Y en general, esa es una fórmula que domina en casi toda la producción. Es como un dar un vistazo a todas estas décadas en un solo viaje.
El uso moderado del reverb nos recuerda que a veces poco es mucho cuando se sabe administrar los lujos adecuadamente; y con ello aprendemos que estos eximios músicos no se desbordan a por todo, sino que saben dosificar con prudencia e inteligencia sus poderes a lo largo del álbum. Temas como «Do I Look Like I’m in Love?», «Haunted» y «Mangled Hearts» son buenas referencias de esto; construcciones que crecen y decrecen gradualmente en momentos clave. Jamás caen en los abusos ni la monotonía. Nunca es demasiado.
Y una tormenta eléctrica controlada pasa lentamente en «English Treasure», la canción más cinemática del álbum. Si me preguntan, sigue todos los trucos clásicos del post-rock. Y aunque desde el inicio sabes a dónde vas, en el viaje puedes descubrir pequeños y repetitivos encantos. Pero al final, cuando los afligidos cantos aparecen de la nada, las cosas se tuercen un poco pero hacia la dirección correcta; y las emociones se desbordan en diferentes sentidos pero suaves cadenas las contienen. Todo estuvo siempre fríamente calculado.
Luego, canciones como «Colliding«, The Shape» y «I Remember Everything» muestran esa afabilidad del dreampop que puede pintar todo de rosa a pesar de la sólida instrumentación y la notable energía en ambas. En esta parte del álbum se pueden percibir guiños a Low y Wolf Alice. Son los momentos frágiles y apasionados; y «Valley Saints» cierra todo desde una perspectiva aun más optimista, con resplandor en sus estribillos instrumentales.
A pesar de la acumulación importante de instrumentos y sus arreglos, en Do I Look Like I’m in Love? cada pieza está perfectamente engranada en esta maquinaria que refleja la mano humana en su construcción. Los elementos no se interponen sino más bien se fusionan de manera sublime. Pero también es agradable escuchar en sus respectivos canales esa potente línea de bajo a la par de las quiméricas guitarras y sus elegantes percusiones, luego imaginar cada instrumento aislado y pensar que distintas creaciones pudieran surgir de cada uno de ellos. Los prudentes teclados le dan aun más clase al juego. Y qué decir de esas voces femeninas y masculinas entrelazadas, respirando en perfecta sincronía. Todo, de hecho, es concordancia y armonía. Y es que The Prids son unos verdaderos titanes del pop; unos hechiceros del sonido.
Tracklist:
- Summer Cult
- Elizabeth Ann
- Do I Look Like I’m In Love
- Lie Here
- Haunted
- English Treasure
- Mangled Hearts
- Colliding
- The Shape
- I Remember Everything
- Valley Saints
Me suena a: I Love You But I’ve Chosen Darkness, Wolf Alice, Esben and the Witch
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