Cuando dos veteranos de la música como Simon Raymonde (Cocteau Twins, Snowbird) y Richie Thomas (Dif Juz, The Jesus and Mary Chain) se unen para un nuevo proyecto, hay muy pocas probabilidades de que las cosas salgan mal. Sin embargo, no siempre sale perfecto. Y Lost Horizons cumple con ambas premisas.
Su primer álbum de larga duración, plagado de colaboraciones a más no poder (no lo decimos como algo malo… ni bueno) tiene una buena cantidad de tracks destacados, pero carece de cohesión y un concepto. ¿Será que de canción a canción cambiamos de vocalista y estilo que es lo que a final de cuenta hace que le perdamos el hilo a Ojalá? Puede ser. Lo que tampoco podemos negar es que la producción puede pecar de lo que sea menos de homogénea.
Entre Cameron Neal (Horse Thief), Tim Smith (Midlake), Liela Moss (The Duke Spirit), Marissa Nadler y Karen Peris (The Innocence Mission) le dan versatilidad a la obra, cada uno con su aporte vocal tan característico. Luego hay oportunidad para las nuevas promesas favoritas de Simon (recuerden que tiene buen oído como CEO de Bella Union) tales como Beth Cannon, Hilang Child, Gemma Dunleavy y Phil McDonnell; muchos de ellos dando su primer gran paso en sus emergentes carreras.
Pero son Raymonde y Thomas los que dibujan el aura y lo pintan de diversos colores, dependiendo en qué parte del track te encuentres. No es tan dream pop como muchos pensaban, tampoco tan acid-folk como lo hubiera venido mejor. Es, en cambio, una mezcla de todo y nada, claro, dentro del pop, pero sin inclinarse claramente a una línea sonora que pueda definir a esta banda tempranamente. Tampoco es que este par quiera probar algo. No lo necesita. Por eso, esto suena más a un trabajo autocomplaciente ejecutado con algo de clase.
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