ariel pink28

Ariel Pink ha quedado recientemente cautivado por la obra y vida de Bobby Jameson, un cantautor de los 60s que duró muchos años retirado, hasta mediados de la década pasada que, con el fulgor de las redes sociales, reapareció para escribir en su propio blog y subir material en su cuenta de YouTube. Y después de su muerte en 2015, Ariel supo que tenía que dedicarle su siguiente disco. Y eso hizo.

 

Dedicated to Bobby Jameson vio la luz hace poco; y las críticas no han sido malas, por el contrario. Ya sabemos de antemano que un trabajo de Pink debe ser -ya por naturaleza- poco ortodoxo, de secuencias melódicas raras o incómodas y de una resonancia que no le basta con reposar en lo lo-fi sino que a veces también se va a lo cochino. Pero eso sí: de que el cuate es genuino, lo es. Basta escuchar las ambiciosas baladas de la producción; más allá de una nueva definición del término «romántico». Y en las que no lo son (la mayoría) se divierte de lo más lindo con cualquier cantidad de sorpresas.

 

 

Y Pink se siente cómodo, quizás como nunca antes. ¿Habrá alcanzado su punto máximo de confort aquí, en este punto de su carrera? La psicodelia, la reminiscencia sesentera y ese pop que suena a sabe qué garage perdido en los suburbios no se habían fusionado de una manera tan sublime como ahora. Es una lástima que no pudo sacar (o superar) sus mejores garfios melódicos con tan importante coyuntura, sin embargo se las ingenió para crear una que otra (varias) canciones memorables.

 

Fuera de eso, él sigue como siempre: excéntrico, irónico, sin pelos en la lengua y con un genio difícil de catalogar a la par de otros colegas contemporáneos (solo se nos ocurre Frank Zappa por ahora). Ya saben, nadie como Ariel Pink.

 

 

 

dedicated to bobby jameson lp