Hasta antes de Lingering, en tres álbumes de estudio Brian Batz no había hecho más que rociar de inocencia y misticidad un inmaculado (dream) pop que podía pasar por synth-pop, noise pop e incluso de un post-rock digital medio disfrazado de música ambient. Sleep Party People ha sido uno de los proyectos de música relativamente nuevos más prodigiosos de la escena, no solo de Dinamarca sino del mundo entero.
Ahora que llega esta nueva placa discográfica de 12 tracks, Batz no decepciona. Tampoco se conforma con más de lo mismo. Es verdad que no desentona en esa línea sonora que solo ha trazado desde hace poco más de siete años, pero como amo y señor de su propia obra se toma la total libertad (¿o deberíamos decir osadía?) de patentar algunos trucos para ofrecerle al oyente música difícil de comparar, quizás géneros reinventados en una dimensión desconocida.
Estamos frente a una producción de arreglos avinagrados, casi ácidos, de tenue psicodelia y ensoñadoras atmósferas que te hacen levitar a paisajes superrealistas que solo existen en tu imaginación. La voz -casi andrógina- flota y viaja lentamente entre las ondas sonoras. Y una luz centelleante se mira detrás de sus vibraciones. Sin duda alguna, es un álbum que alimenta el espíritu y remueve algunas emociones humanas bien guardadas y quizás olvidadas.
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