A pesar de que en muchos capítulos de la historia (en el cine, por ejemplo) los bateristas han sido motivo de chistes o burlas entre sus propios colegas (principalmente por la tendencia a colocarse siempre detrás de todos, al fondo de los escenarios en donde son muchas veces «invisibles»), resulta que la ciencia les tiene gran estima y por causas más que justificadas (y más serias, claro). Después de compartirte los siguientes estudios realizados a lo largo de los últimos años, te sorprenderás de lo complejo, dinámico y diferente que es el cerebro y su funcionamiento en un bataco en comparación con los del resto de mortales en el mundo.
Primero hablaremos del realizado en el Instituto Carolino de Estocolmo (2008), que pidió a sus participantes (34 hombres diestros entre 19 y 49 años de edad) que pasaran un tiempo practicando con una bataca intentando tocar algunos ritmos (no importaba si eran músicos o no) antes de realizar 60 ejercicios psicomotrices. Los resultados revelaron que los más inteligentes son los más hábiles con las tareas de ritmos y tempos, y que su capacidad de resolver problemas es directamente proporcional a su capacidad de mantener un ritmo estático de larga duración. Además, concluyeron que los cerebros de estas personas tienen más materia blanca que el promedio, lo que les permite conectar o sincronizar con mayor facilidad todas las regiones del cerebro.
Pero esto se pone aun más interesante y, digamos, altruista, ya que el baterista es voluntariamente o no muy dadivoso pues si mantiene un buen ritmo mejora las capacidades cognitivas de los que escuchan (compañeros de grupo y fans). Y quizás esta es la mayor revelación de todas, ya que dicho en otras palabras su inteligencia se contagia entre los demás tal y como lo sugieren muchas otras investigaciones al respecto, como la del psicólogo clínico Harold Russell del Departamento Médico de la Universidad de Texas. Podemos decir entonces que tener a un buen baterista en tu banda la mejorará muchísimo y te ayudará a ser más inteligente.
Pero la cosa no termina ahí. La ciencia podría también justificar a todos esos bateristas que se han equivocado en más de una ocasión, pues al parecer los errores ocurren por una buena causa. Al menos eso arrojó un estudio en Harvard (2012) cuyos investigadores concluyen que si un baterista pierde el ritmo en realidad lo hizo inconscientemente a propósito o, vaya, gracias a un impulso de su cerebro, y eso lo hace estar más conectado a la naturaleza que los demás. Incluso afirman que en los estudios de grabación a lo largo de la historia este tipo de errores han ayudado a los ingenieros a «humanizar» los ritmos programados de las cajas de sonido o cualquier otra secuencia de ritmos computarizada.
¿Quieres otro? Bueno, hablemos entonces de los resultados de un reciente estudio en la Universidad de Washington por un profesor que experimentó la luz rítmica y terapia de sonido con sus estudiantes, y descubrió que sus calificaciones mejoraron significativamente. Muy similar a lo que descubrieron también en el Departamento Médico de la Universidad de Texas que utilizó el mismo método en un grupo de niños (primaria y secundaria) con déficit de atención, logrando aumentos duraderos en las puntuaciones del coeficiente intelectual.
Y por si fuera poco, o sea, si no te sorprendes tan fácil y el hecho de que esté demostrado científicamente que los bateristas tienen cerebros mejor desarrollados que el promedio de las personas, que pueden incluso hacer más brillantes intelectualmente a quienes los rodean y además no se necesita ser profesional ni saber tocar una batería sino solamente trabajar repetitivamente con ritmos para incrementar tu coeficiente intelectual no te parezca suficiente, agregamos que los que son bateristas son más felices que los que no lo son, tal como se descubrió en la Universidad de Oxford. Esto pasa cada vez que se entra en acción, ya que mientras están tocando sus niveles de felicidad y de aguantar el dolor aumentan (algo así como en un efecto anestésico) como pasa con los atletas, disminuyendo también los niveles de cortisol, la famosa hormona del stress.
CATEGORÍAS