Cinemáticos, poderosos y sinfónicos son los adjetivos que desde el disco Walking Cloud and Deep Red Sky, Flag Fluttered and the Sun Shined (2004) hasta la fecha se conjugan siempre en MONO. Y ahora, en este año con Requiem for Hell no hay excepción.
Es verdad que este nuevo álbum carece de cierto punch, y quizás se deba un ajuste en la banda después de su doble experimento The Last Dawn, Rays of Darkness (2014) con el que trataron de proponer musicalmente el concepto de la dualidad. Luego, un año después vino el lanzamiento en solitario de Taka con el que bajó revoluciones e indagó aun más en la música clásica moderna (como resultado de lo que iniciaron en el maravilloso Hymn to the Immortal Wind en 2009). Y quizás así pudiera explicarse que el regreso a los orígenes de la banda pudo haber sido un poco difícil, como un reacomodo sonoro en el que no se les siente del todo cómodos (al menos no como en sus últimas producciones). Aun así, con una bandota de este calibre, es imposible que las cosas salgan mal.
Si buscamos en este tracklist de poco más de 48 minutos y cinco largas pistas, podemos encontrar algunos tesoros del post-rock que deberán apreciarse de manera particular. Por esto el álbum funciona mejor como una introducción básica de su propuesta para quienes no los han seguido de cerca a través de los años, o incluso para quienes no los conocían, ya que toman algunos trucos que antes dominaron a la perfección y los mezclaron con lo más reciente de su catalogo. Es un resumen sencillo y de fácil asimilación, vaya. El único foco rojo que podría prenderse desde ahora sería por el riesgo que corren los nipones al seguir con las mismas fórmulas una y otra vez y que poco a poco dejen de sorprender a la audiencia. Esto desde luego lo vemos como una posibilidad muy remota, ya que si algo han demostrado es que en su propio estilo han sabido antes moverse en cualquier sentido y explorar todos los espectros de su pesada y melodramática música.
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