Qué buena música hacen en Australia, ¿no lo creen? Sobre todo en el shoegazing. En la última década, el gigante de Oceanía se ha convertido en referente del género, y su nueva carta lo confirma nuevamente. Flyying Colours (sí, así con la doble «y» en la primera palabra y la «u» en la segunda) es cosa seria.

 

Aunque en honor a la verdad, esta banda no es tan «nueva» si nos remontamos a sus orígenes y primeras grabaciones, por allá del 2013 y un EP homónimo (del mismo año); sin embargo ha sido a paso lento el camino que han recorrido desde entonces para llegar a un 2016 en el que ya pueden presumir de una obra más en su catalogo, el recién estrenado EP ROYGBIV. Su sonido raspa el tímpano al más fiel estilo shoegazer, emulando los movimientos de My Bloody Valentine o Swervedriver, y acompañando el nuevo frente del milenio con Tender Age, Beliefs y Presents for Sally (por mencionar algunos).

 

 

Por el momento debemos esperar buenas nuevas con este joven cuarteto que tiene como característica la adoración de la distorsión y el reconocimiento de cualquier efecto en sus pedales de guitarra. También parece disfrutar de tomarse un tiempo sobre la marcha, detenerse a observar las flores y oler el aire, para luego regresar al encierro de su garage y hacer ruido… Mucho ruido.

 

 

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