Dirk Knight es un músico alemán muy subestimado desde mi punto de vista. Al enterarme de su existencia hace poco tiempo, escuché algunos cortes de su primera banda Dark Orange y me agradó ese sonido húmedo del dreampop pero con una oscuridad muy típica de la música en los ochentas. Esta especie de fusión explica mucho el siguiente paso que tomó como profesional, formando una nueva banda que retomó lo más etéreo de su cosmovisión y le dio una nueva forma con las influencias de bandas como Damned o Ramones (como él mismo lo reconoce). Así nació en 2013, Seasurfer.

 

Desde que lanzaron su LP debut, Dive en 2014 la banda ha despertado interés en la crítica de los sonidos independientes pues, como el propio Dirk lo presume, su música es un punto medio y desconocido entre lo celestial y la furia, llamado dreampunk. Aunque debo ser honesto, es más dream (pop) que punk. Sin embargo, esos pedales y los sintetizadores se tornan agresivos en las nubes de ruido para acompañar las voces que no precisamente son adecuadas para el shoegazing, sino más bien de un tono más pesado y orgánico (quizás de ahí viene la inspiración «punk»).

 

 

Saint Marie Records no tardó mucho para echarle el ojo a Seasurfer, incluyéndola en su catalogo al lado de bandas como Echodrone, Elika, Presents for Sally, Lilies On Mars y Panda Riot, entre otras. Bandas que de hecho podríamos tomar como referencias cercanas para descifrar el sonido de estos alemanes. Cabe mencionar también que desde sus inicios la agrupación ha tenido cambios importantes en su alineación, quedando ahora conformada por Julia Beyer (Chandeen) como vocalista, Volker Zacharias (Girls Under Glass, Cassandra Complex) en el bajo, Jojo Brandt (The Convent) como guitarrista y Benny Ruess en la batería. Acá abajo les dejo «Stay», el que fue el primer single oficial de la banda y con el que prácticamente enamoraron a primer escucha… ¿no les parece como si Brian Molko (Placebo) hubiera compartido créditos con My Bloody Valentine?

 

 

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