«Dale a un hombre una máscara y te dirá la verdad», decía Oscar Wilde. En el arte, particularmente en su más bella manifestación que es la música, mucha bandas o intérpretes recurren a los disfraces como alter egos para personificar sus más oscuros deseos y más recónditos miedos, y entonces manifestarlos de tal manera que sin la ocultación no sería posible.
Algunos disfraces (o caretas, maquillajes) son tan acertados que el personaje consume del todo a la persona; y en otros casos todo queda como un intento fallido o incluso una imitación. Sin importar el resultado final, acá reunimos algunos casos que recordamos y en los que parece que se festeja Halloween cualquier día de la semana.
¿Quién nos hizo falta?
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