Hace unos días llegó a la plataforma de Spotify el nuevo álbum solista de David Gilmour, Rattle that Lock. De entrada, a una primera escucha, podemos anticiparles que es un trabajo mucho más rico y completo que el último agridulce LP de Pink Floyd (del año pasado), banda que por cierto hace poco hizo oficial su separación definitiva. Tampoco creemos que es el mejor esfuerzo de Gilmour dentro de su catalogo en solitario, sin embargo tiene una esencia marcada que también le caracterizó en su llegada a PF, con un rock más etéreo y ambiental de guitarras acústicas puntiagudas. Tomemos esta producción entonces como un parteaguas, el regreso después de la ausencia, y el segundo aire que dará comienzo a una nueva etapa en su carrera (ojalá así sea).
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